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Viernes, 29 Marzo 2024

Recursos

Diez consejos que mejorarán tus presentaciones

¿Qué es una presentación eficaz? La presentación eficaz es la que engancha a nuestra audiencia, la que es capaz de mantenerla «pegada a la silla» y que realmente sientan interés por lo que les estamos contando sin que tengan que fingirlo.

Conseguirlo no es fácil, puesto que una gran parte de las presentaciones que se realizan pecan de ser poco dinámicas, aburridas, excesivamente técnicas o fallan en su misma base. Te ofrecemos diez consejos con los que puedes mejorar tus presentaciones, mejorando su eficacia y originalidad.

La importancia del guión

Disponer de un guión previo antes de ponernos «manos a la obra» con nuestra presentación puede ayudar mucho a aclarar nuestras ideas. Muchas presentaciones pecan precisamente de eso, les falta un guión o un hilo conductor, faltas de ritmo que acaban por no conducir a ninún sitio concreto.

Teniendo en cuenta que el objetivo de toda presentación es ilustrar lo que queremos decir de forma muy visual, lo primero que tenemos que preguntarnos es precisamente eso ¿Qué queremos contar? Y no sólo determinar qué queremos contar sino visualizarnos a nosotros mismos como receptores de ésa información, ¿cómo nos gustaría recibirla?

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Por otro lado, debemos asegurarnos que nuestro guión se ajusta lo mejor posible a una película, o novela. Principio, desarrollo y conclusiones tienen que estar muy bien delimitadas, crezcamos hacia un «climax» de la misma forma que lo hace una buena historia, consigamos que nuestra audiencia aprecie cada una de nuestras diapositivas.

Coordinación del discurso

Las diapositivas de nuestra presentación deben reflejar en cada momento el argumento que estamos explicando a nuestra audiencia. Hemos de tener en cuenta que lo primero que van hacer nuestros «espectadores» es leer el contenido de la diapositiva que les presentemos. No seríamos muy hábiles si nuestra diapositiva reflejase un punto del que hablaremos en los próximos minutos, y no el que estamos tratando en cada momento.

De hecho, si cometemos este error, el efecto más probable es que nuestros oyentes estén esperando a que comencemos a hablar de lo que refleja la diapositiva, mientras que todo el discurso anterior quedará olvidado.

 

 

Evitar los párrafos largos

Una presentación no es un documento de texto. No hace falta que incluyamos en un Powerpoint todo lo que queremos decir en la presentación; entre otras cosas, poque la mayoría de las personas encuentra tremendamente aburridas las clásicas presentaciones que incluyen más de 50 diapositivas repletas de enormes párrafos de texto. 

Con esto queremos decir que nuestra presentación Powerpoint debe ilustrar nuestra conferencia/ponencia/presentación, no contenerla. Los contenidos de la presentación deben subrrayar y enfatizar las ideas que queremos resaltar. Powerpoint, al igual que otras aplicaciones, permite que no todas las diapositivas se proyecten, por lo que podemos apoyarnos sobre estas diapositivas secundarias, no proyectadas, para documentarnos a la vez que hablamos.

Cuidar el diseño

La mayoría de los programas tipo Powerpoint incluyen multitud de características con las que podemos mejorar el diseño de nuestra presentación. En este sentido, algunas recomendaciones que hemos de tener en cuenta son las siguientes:

– Utilizar tipografías «sin palo» o «sans serif». Fuentes como Helvética, Arial o Calibrí suelen ser las más fáciles de leer en pantalla. 

– Utilizaremos tipografías más «elaboradas» únicamente en los títulos de las diapositivas y únicamente si son fáciles de leer. En principio descartaremos todas las tipografías que recuerdan la «escritura manual» ya que se leen con bastante dificultad en la pantalla, sobre todo a distancia. Si queremos realizar una apuesta segura, podemos optar por tipografías clásicas como Georgia o Baskerville.

– El texto oscuro va sobre fondos claros, nunca al revés. El motivo es el mismo que el anterior, facilitaremos tremendamente la lectura. En caso de que nos veamos obligados a utilizar fondos oscuros, podemos optar por un color de texto que no sea demasiado agudo, prefiriendo tonos suaves, cremas, pasteles.

– El texto ha de estar alineado, ya sea a izquierda o derecha, nunca centrado o justificado. El texto centrado es difícil de seguir.

Evitemos los excesos. Escribamos un par de párrafos, alguna lista de elementos ordenados e incluyamos una imagen. Todo lo que supere estos pocos elementos hará que «perdamos» a nuestra audiencia.


Utilizar las imágenes con inteligencia

Hay dos grande corrientes de opinión sobre el uso de imágenes en presentaciones. Los primeros opinan que el uso de imágenes refuerza nuestras ideas, mientras que otros opinan que no hay que utilizarlas ya que suponen una distracción innecesaria.

Sea como fuere, lo único que nunca tenemos que hacer es utilizar las imágenes que se incluyen por defecto en las galerías clip art de este tipo de programas. Suelen ser imágenes que todos hemos visto decenas de veces en decenas de presentaciones y dan una imagen poco profesional.

No todo es PowerPoint

Recordemos una vez más, que la presentación que estamos proyectando en Powerpoint es sólo una parte de nuestra presentación, no la parte principal. Seamos dinámicos. No nos quedemos anclados detrás del proyector. Expliquemos con gestos, movámonos en el espacio disponible. En definitiva, se trata de conseguir que seamos nosotros el centro de atención, no la pantalla.

 

 

Necesitamos un gancho

De la misma forma que sucede con las películas, las presentaciones tienen que «enganchar» en los primeros momentos, si no estaremos perdidos. Empecemos nuestra presentación sorprendiendo o intrigando a nuestra audiencia. Las presentaciones más impactantes suelen apelar a nuestras emociones. Tenemos que conseguir que los primeros insantes de la presentación sean muy intensos. Después, podremos seguir con total normalidad.

Preguntas, preguntas y más preguntas

No tengamos miedo a preguntar a nuestros «espectadores». Las preguntas despiertan el interés de la audiencia, «pican» su curiosidad. Podemos jugar creando tensión a través de preguntas que responderemos en las siguientes diapositivas. Hagamos presentaciones participativas, interactivas, en las que pueda percibirse cierto feedback.

El poder de nuestra voz

La voz es uno de los elementos que más transmite. Aprendamos a modular nuestra voz. Hablemos como si estuviésemos con amigos, compañeros, no como si estuviésemos leyendo un texto. Si leemos de forma mecánica y monótona, sin realiuzar inflexiones, acabaremos por aburrir a todo el mundo.

Y después de todos estos consejos, el último y quizás el más importante es el siguiente: rompamos las reglas, construyamos las nuestras, fuera de lo establecido. Innovemos.

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