El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, aseguró ayer que las pensiones están «plenamente garantizadas ahora y en el futuro», pero admitió la necesidad de abordar «reformas sin precipitación» para hacer frenteal progresivo envejecimiento de la población.
En este sentido propuso incentivar la prolongación la vida laboral activa para acercarla al máximo legal de 65 años, desde la media actual de 63 años y diez meses, limitando la actual política de prejubiliaciones.
Asimismo, abogó por las políticas de impulso a la natalidad, la incorporación de la mujer al mercado laboral y una mayor eficacia en la administración y en la correspondencia entre aportaciones y prestaciones, y en los procesos de gestión, a fin de mantener y reforzar la confianza de los españoles en su sistema de pensiones, sin convertirlo en un «arma arrojadiza» con intencionalidad política.
Durante su comparecencia ente la Comisión de seguimiento del Pacto de Toledo, Corbacho aseguró que «en el peor de los escenarios», la Seguridad Social cerrará 2009 con un superávit del 0,4% 2009, aunque la previsión en estos momentos está en el 0,5%. «Un resultado positivo, dada la actual situación», señaló.
No obstante, admitió que «es lógico» que la crisis económica y el fuerte incremento del desempleo afecten a las cotizaciones de la Seguridad Social, pero defendió «con rotundidad» que el sistema «goza de una magnífica salud financiera» pese a la crisis y ha permitido un «esfuerzo notable» en 2009 para garantizar la subida de las pensiones.
Además, incidió en que el número de nuevos pensionistas se encuentra estabilizado, con un «paulatino retraso» en la edad de jubilación en una media de 63 años y 10 meses, mientras que las prejubilaciones representan en el primer trimestre del año un 61,7% del total. Asimismo, el ratio de cotizantes-pensionistas está situado actualmente en el 2,6.
No obstante, Corbacho incidió en que la solidez de las pensiones no implica que no haya que abordar reformas que aseguren su sostenibilidad a largo plazo, pero añadió que deben plantearse con la «máxima responsabilidad» dentro del Pacto de Toledo, por lo que pidió «contención y prudencia» a los grupos parlamentarios en sus propuestas.