La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, avanzó ayer que el Gobierno «está dispuesto» a estudiar con los agentes sociales una subida del IVA, así como una reducción de las cotizaciones empresariales.
Salgado precisó que estas consideraciones han de enmarcarse en una revisión más amplia de «todas las figuras tributarias, con el fin de determinar cuáles son las que habría que retocar» para favorecer la reactivación de la economía y la volver a crear empleo en nuestro país.
Con todo, advirtió de que un incremento del IVA sería contradictorio con las políticas de estímulo de la demanda y que incluso las mayores empresas de distribución comercial se han puesto en contacto con su Gabinete para advertir de que ello supondría una «contracción adicional de la demanda».
Por otro lado, la ministra de Economía y Hacienda indicó también que el Ejecutivo está dispuesto a una «flexibilización en la negociación de colectiva», a la vista de los buenos resultados que ha tenido para el mantenimiento del empleo, por ejemplo, en algunas plantas industriales de Cataluña. Además, en su opinión, esta posición es compartida con los agentes sociales, por lo que el Gobierno está esperando «sus propuestas en ese sentido».
Salgado reconoció también que la financiación sigue llegando con dificultades a familias y pymes, si bien defendió que «es un problema que estamos teniendo todos los países europeos», y que, seguramente, «tiene mucho que ver con el incremento de la morosidad».
«En españa tenemos unas entidades financieras con una situación solvente y que no desean ver esa situación puesta en riesgo» dijo antes de afirmar que «están pecando de prudentes», pero que el Gobierno hará «lo que esté en su mano» para que esa situación se reconduzca. En este sentido, recordó que el Gobierno está ultimando el Fondo para la Reestructuración y la Ordenación Bancaria (FROB), ya que, aunque «no hay ninguna (entidad) con problemas serios, hay que prever la probabilidad de que eso ocurra el año próximo».