La recesión que sufren las economías mundiales reducirá la contratación para este verano un 30% con respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el paro y la pérdida de poder adquisitivo incrementará el número de demandantes de empleos por encima del 20%.
Al tradicional solicitante de trabajo estival, jóvenes estudiantes que desean obtener dinero extra y practicar idiomas, se unen amas de casa y padres de familia, que se suman al grueso de demandantes de empleo temporal.
«Se está produciendo un incremento de la demanda en más de un 20%. Además, nos estamos encontrando con personas que buscan empleo para este verano pero con limitaciones horarias, ya que si hacen jornada completa perderían el cobro de determinadas prestaciones», explica el director general de Start People en España, Javier Ayuso.
Camareros, cocineros, recepcionistas y guías turísticos vuelver a copar los puestos más demandados por las compañías para cubrir la llegada de turistas, que en los cinco primeros meses del año cayó un 11,8%, según la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur), lo que explica que «se contratate menos gente en verano», subrayó Ayuso.
Por su parte, el sector servicios necesitará puestos que requieren trabajadores más cualificados para sustituir o complementar la plantilla existente, por lo que demandará cajeras, reponedores, dependientes, auxiliares administrativos con y sin idiomas y comerciales. El sector industrial también puede necesitar cubrir determinados puestos de peones, mozos, operadores de máquinas y herramientas, técnicos y soldadores.
Por último, la retribución de los contratos veraniegos oscilará entre los 900 y los 2.000 euros al mes, y las principales regiones creadores de empleo para este periodo estival serán las comunidades ligadas al turismo, como la Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares y Andalucía.