El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, volvió ayer a advertir que sólo hay un camino para salir de la crisis. Su receta pasa por acometer «con prontitud» una gran reforma del mercado de trabajo y de la negociación colectiva, adecuando los salarios.
No es la primera vez que Ordóñez aboga por esa reforma, en contra de la posición que defiende el Ejecutivo de Zapatero y que le mantiene enfrentado con la patronal. El presidente ha dicho por activa y por pasiva que no piensa en abaratar el despido.
Sin embargo, el gobernador insistió en el Congreso que esas reformas estructurales son la única vía para salir de la crisis, ya que España arrastra el lastre de un elevado déficit público (más gasto y menos recaudación) y una gran tasa de desempleo. «El Gobierno no puede gastar un euro más», alertó porque los gastos ya superan a los ingresos.
Ante este panorama, Ordóñez afirma que hay que incentivar el mercado laboral para cortar la sangría de parados y por ello propone nuevas modalidades de contratación, con el fin de «facilitar al máximo» la creación de puestos de trabajo y reducir la «acusada segmentación» del mercado laboral.
En cuanto a la reforma fiscal anunciada por el Gobierno para el próximo mes de julio, Ordóñez admitió que subir el IVA, aunque es impopular, es la decisión «menos mala» porque tendrá «menos distorsiones» que encarecer otros impuestos. Así, insistió que la mejor vía para reducir el déficit es elegir la subida de las tasas indirectas porque son las que «menos afectan al crecimiento» económico, ya que no inciden sobre los incentivos a la inversión y al empleo. El «mayor mal» es el déficit, concluyó.
