El 48% de las empresas reconoce que no dispone de ningún tipo de mecanismo para detectar y evitar fraudes corporativos. Así se asegura en un estudio realizado por Grupo Paradell, en el que se advierte de los riesgos que conlleva que no se adopten este tipo de estrategias.
A pesar de que casi la mitad de las empresas no previenen este tipo de amenazas, el 80 por ciento de las compañías encuestadas cree que la mejor estrategia para prevenir los mismos es a través a través de auditorías internas integrales en riesgos operacionales.
De hecho, y si continuamos con los datos del informe, el 77 por ciento de las empresas reconoce manejar información confidencial en equipos portátiles sin aplicar ningún tipo de seguridad lógica y no se han parado a evaluar cuáles serían las consecuencias en caso de que esta información llegase a terceras personas.
Y es que, cabe destacar que las empresas españolas no cuantifican el coste que les acarrearía la fuga de información. La consultora asegura que el importe medio de los litigios es de 125.000 euros. “A lo que hay que añadir además los daños no tangibles como el desgaste de la imagen corporativa, o la pérdida de competitividad, entre otras”, señala el estudio.
En España, un 30 por ciento de los fraudes que se comenten está relacionado con la fuga de datos confidenciales, y éste tipo de delito es el que más ha aumentado en los últimos años (en 2008 creció un 60 por ciento).