Un 25,7 por ciento de las personas con discapacidad asegura que se ha sentido en inferioridad de condiciones en su entorno laboral, la mitad de los cuales ha recibido un trato de inferioridad procedente de sus jefes o superiores.
En el otro lado de la balanza, un 74,3 por ciento declara sentirse «uno más en su empresa» y no percibir ningún tipo de discriminación. De los que sí se sienten discriminados, un alto porcentaje asegura que no son las personas las que excluyen, sino la falta de adaptaciones y barreras arquitectónicas del puesto de trabajo.
Por sexos, las mujeres sienten más este trato de inferioridad, con un 59 por ciento frente al 45 por ciento de los hombres. El documento también refleja que un 40 por ciento de los encuestados que desea incorporarse al mercado laboral, de los que un 48,9 por ciento considera que su discapacidad es el principal obstáculo para encontrarlo, frente al 51,1 por ciento.
Por otro lado, el estudio refleja que un 58,9 por ciento de los encuestados agradece las actitudes de discriminación positiva, frente al 36,8 por ciento que prefiere no recibir ninguna atención especial, y un 4,3 por ciento al que le da igual. Por sexos, los hombres están más a favor de la discriminación positiva que las mujeres, al igual que los mayores de 46 años.
En cuanto a las preferencias, el 55,6 por ciento de los encuestados se decanta por la empresa ordinaria, seguido del 41 por ciento que prefiere los Centros Especiales de Empleo, y un 3,4% que opta por otras modalidades laborales como el empleo autónomo.