Google ya es una parte de nuestra vida, su gran cantidad de servicios hacen que nuestra experiencia en la Red sea mucho más cómoda y satisfactoria. Uno de sus servicios estrella es el correo electrónico. Gmail, llamado en otros lugares Google Mail (Alemania, Austria y Reino Unido) por problemas legales, se encuentra operativo desde el mes de abril del año 2004, y desde verano de 2009 ya no es beta.
Uno de los miedos de muchos usuarios es el que le roben su cuenta, algo que desgraciadamente pasa muy a menudo. Hoy con este artículo queremos explicaros a través de unos sencillos pasos cómo proteger vuestro correo de Gmail.
Para proteger tu cuenta de Gmail…
- Inicia sesión en tu cuenta de Gmail y asocia un número de teléfono. Esto es útil porque, a continuación, recibirás un mensaje de texto SMS cada vez que alguien intenta recuperar tu contraseña de Google.
- Crea una dirección de correo electrónico secundaria para tus cuentas de Gmail y Google.
- No utilices la contraseña de Gmail para la cuenta de correo electrónico secundaria
- Si accedes a Gmail y otros servicios de Google a través de una red WiFi, asegúrate de que siempre utiliza las direcciones URL seguras https: / / gmail.com.
- De vez en cuando observa si tienes más de una IP conectada, mirándolo en la parte inferior de la página en el apartado Última actividad de tu cuenta. Si accedes a información detallada verás cuáles han sido las últimas IPs que han conectado a tu correo. Si observas alguna sospechosa cambia la contraseña inmediatamente.
- Configura un cliente de correo electrónico de escritorio como Outlook o Thunderbird con tu cuenta de Gmail (vía POP3 o IMAP), por lo que tendrás una copia de seguridad automática de la bandeja de entrada de Gmail.
- Haz el siguiente test: Cierra sesión en tu cuenta de Gmail e inicia el proceso de recuperación de contraseña. Esto te ayudará a asegurarte de que la configuración de SMS y direcciones secundarias de correo electrónico están configuradas correctamente.
Sobra decir que hay que tener especial cuidado a la hora de iniciar sesión en un ordenador que no sea el nuestro, asegurándonos dejar la sesión cerrada una vez hayamos mirado nuestro correo, y por supuesto utilizar una contraseña segura con combinación de letras y números.