No nos vamos a engañar. Son muchos los que empiezan un blog con la mayor de las ilusiones del mundo, pero al cabo de unos meses se dan cuenta de que no disponen del tiempo necesario o de las ganas suficientes como para mantenerlo.
De esta forma, una gran parte de los blogs (tanto personales como comerciales) quedan abandonados a su suerte, esperando a echar el «cierre» definitivo. Sin embargo, antes de cerrar, hay algunas opciones interesantes que podemos considerar. Nos lo cuentan en ProBlogger.
1. Venderlo
Antes de poner punto y final a tu blog o simplemente de dejar de escribir en él, considera si tiene algún valor comercial. Puede que hayas conseguido atraer a una base fiel de usuarios, o que hayas despertado el suficiente interés en determinados sectores como para que sea patrocinado con publicidad.
Si éste es tu caso, puede que sea una buena idea intentar vender el blog a alguien que esté interesado en seguir con tu labor y explotarlo comercialmente. Es cierto que no es fácil encontrar un comprador, aunque en sitios como Flippa.com cada día se organizan subastas de dominios y blogs que se ofrecen al mejor postor.
Evidentemente, cuanto más visitas recibamos más posibilidades tendremos de encontrar una oferta atractiva. Otra opción que también está a nuestro alcance es vender el nombre de dominio pero quedarnos con el contenido, lo cual puede ser muy interesante para algunas empresas si nuestro dominio es realmente atractivo.
2. Contratar un blogger
Si no tienes tiempo para mantener tu blog pero a pesar de ello es una buena fuente de ingresos, puedes considerar la opción de contratar un blogger que se encargue de buena parte del trabajo.
Existen portales específicos en los que podemos solicitar los servicios de bloggers profesionales. Dos buenos ejemplos son Findablogger.net y Bloggerwave.com. Ambas son dos comunidades que ponen en contacto a bloggers con empresas. Si vamos a contratar los servicios de un blogger, debemos plantearnos qué es lo que queremos que hagan exactamente por nosotros.
Algunos blogs pagan por un número fijo de posts a la semana, otros ofrecen una remuneración fija al mes, y un tercer grupo paga por post publicado, variando el precio dependiendo de la longitud del post que se publica. Además suelen ofrecerse incentivos si el blogger «invitado» consigue que una noticia suya sea la más leída del mes o si consigue ser enlazado desde una web de referencia.
3. Abre tu blog a la comunidad
Esta es una opción similar a la anterior pero que sólo funciona si tenemos una gran base de usuarios muy fieles a nuestra publicación. La estrategia en este caso, pasa por invitar a nuestros lectores más activos (normalmente sabemos quiénes son por el número y el nivel de los comentarios que producen) a convertirse en firma invitadas de nuestro blog.
Muchos estarán encantados de pasar de ser lectores a editores y normalmente al principio no exigirán que les ofrezcamos una compensación. No obstante si después de unas semanas consideramos que el trabajo que realizan es bueno, deberíamos ofrecerles una retribución económica.
4. Comienza de nuevo
Puede que no queramos seguir con nuestro blog porque no lo hayamos enfocado bien desde el principio. En este sentido, a lo mejor nos encontramos «atados» a una temática o a un tipo de contenidos con los que realmente no nos sentimos a gusto. Si este es nuestro caso, una buena (aunque laboriosa) idea, consiste en refundar nuestro blog.
Esto no debería ser especialmente problemático si nuestra base de lectores no es demasiado alta. Si tenemos un buen nombre de dominio, en pocos meses podemos reorientar completamente los contenidos de nuestra publicación, y encontrar un espacio en el que realmente nos sintamos cómodos.
5. Deja de escribir, pero no borres el blog
Es cierto que un blog que se encuentre tremendamente desactualizado no ofrece la mejor de las imágenes. Sin embargo, antes de borrarlo completamente, debemos considerar si tiene alguna utilidad como archivo. Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de las visitas que reciben los blogs provienen de los motores de búsqueda, el hecho de que esté o no actualizado no es completamente determinante si lo estamos monetizando de alguna manera.
En este sentido, si tenemos por ejemplo implantada una campaña de Ad Sense, podemos seguir ganando dinero incluso si no escribimos durante meses, siempre y cuando contemos con un archivo de noticias más que respetable.
6. Redirige el blog hacia otro proyecto
Una de las razones que nos pueden llevar a abandonar nuestro blog es que nos hayamos embarcado en otro proyecto on-line que no nos deja tiempo para mantenerlo optimizado.
En este punto, antes de cerrar el blog podemos aprovechar su posición en la Red (SEO, PageRank, número de visitas, etc.) para dirigir todo ese tráfico a nuestro nuevo proyecto on-line.
Esto podemos hacerlo de dos formas: la primera es de forma automática (no se le informa de nada al lector que acaba en la nueva web sin enterarse del proceso) y la segunda (mucho más ética) se le dirige a un espacio intermedio en el que se le explica la nueva situación, animándole a visitar nuestro nuevo proyecto.
7. Echar el cierre definitivo
Como última solución, podemos optar por echar el cierre definitivo a nuestra página, borrando todos los archivos. Aunque es una opción poco recomendable, si realmente no queremos seguir pagando el hosting y tampoco nos importan demasiado los contenidos que hemos publicado, puede que sea lo mejor.