Más de 100.000 tiendas podrían echar el cierre en los próximos años por la caída de las ventas, según la Confederación Española de Comercio (CEC). Según esta, los comercios cifran en alrededor de 500 millones de euros el consumo de productos falsificados, factor que redunda en un descenso de las operaciones en los puntos de venta.
Para frenar lo que desde la CEC consideran “competencia desleal”, reclaman a las administraciones la adopción de medidas urgentes que consigan frenar la comercialización de este tipo de artículos. “Si la venta de falsificaciones continúa, el pequeño y mediano comercio sufrirá una importante pérdida de competitividad y empleo”, señala Manuel García-Izquierdo, presidente de la CEC.
Motivos no le faltan a García-Izquiero, si nos atenemos al estudio ‘El consumidor ante las falsificaciones’, elaborado a instancias de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca (Andema). Este informe apunta que el consumo de productos falsificados por parte del consumidor de forma voluntaria se cifra en 505 millones de euros.
La Agencia Tributaria está ejerciendo ya una importante labor de detección de fraudes de esta naturaleza. Así, según la CEC, la Agencia intervino más de 10,45 millones de productos falsificados, por un importe de 127,19 millones de euros, el año pasado. El 58,7% de estos productos fueron artículos de oficina; el 8,5%, accesorios de vestuario; el 3,3%, cosméticos y perfumes; el 2,5%, ropa y otro 2,5%, calzado deportivo. La mayoría de las falsificaciones provienen de China (94,7%) y, en menor medida, de otros países como Indonesia, Hong Kong o India.