Con trabajadores felices y un buen ambiente laboral, aumenta el rendimiento de los equipos. Por eso, el empresario ha de ser consciente de la importancia de motivar a sus plantillas para tener empleados felices, comprometidos con la empresa y más productivos.
Estas metas no son utopías y se pueden alcanzar esas máximas con unos sencillos consejos. Para empezar, es clave la comunicación, fomentar las relaciones bidireccionales entre empleador y empleados, entre jefes y trabajadores. Esto conlleva aceptar proposiciones y sugerencias de todos los miembros del equipo, lo que hace que las personas se sientan parte de la empresa (independientemente del tamaño de la misma) y del negocio.
Otro punto clave es la creación de equipos de trabajo que incentiven la colaboración y que permitan la unión de todos los integrantes de la plantilla, o por grupos. Esto es especialmente importante cuando llegan nuevos empleados a la compañía. En estos casos se pueden hacer planes de acogida para que se adapten más fácilmente.
Tanto a los nuevos como a aquellas personas que ya llevan un tiempo en la empresa hay que ofrecerles un plan de carrera, tanto posibilidades de crecimiento y ascenso profesional como opciones de seguir formándose y reciclándose en su materia. Este es uno de los factores que más pueden motivar a aquellos interesados por mejorar su situación laboral.
La creación de un buen clima laboral, ya citado anteriormente, es otro aspecto que hay que cuidar mucho, prestando más atención a los trabajadores, interesándonos por su situación, problemas, inquietudes y aspiraciones. Para ello se les puede hacer un seguimiento de su trayectoria en la empresa y ver en qué se podría ir mejorando.
Por último, cuatro puntos íntimamente relacionados que hacen referencia a la importancia de ubicar a cada empleado donde merece por su capacitación, dándole las funciones que puede llevar a cabo (ni más ni menos) y enriqueciendo su puesto de trabajo en lo que se pueda: correcta asignación de puestos, aprender a delegar funciones, de forma que se responsabilizará a otros trabajadores de determinadas tareas, enriquecimiento de los empleos.
No hay que olvidar que la motivación parte de conocer lo que se espera de nuestro trabajo, sentir que se pertenece a una organización donde se tiene una posición definida, saber que somos la persona adecuada para el puesto y ver que la organización confía en nosotros, nos impulsa y nos escucha. En este caso no hemos hablado de salario, solo de personas que quieren encontrar su lugar en la organización y sentirse valoradas. Tan sencillo y tan complicado como eso.