Crisis, despidos y bajadas de sueldos. Aunque la situación económica invita a rezagarse y quedarse escondido en la retaguardia, también es la hora de los valientes. Las empresas son conscientes de que a los trabajadores más valiosos y productivos hay que cuidarlos. Por eso, si tú te consideras un alfil clave en el tablero de ajedrez de tu compañía, no dudes en elegir este momento para solicitar un ascenso o aumento de salario. Refrendan esta opinión un estudio publicado por LinkedIn que dice que el verano (junio y julio concretamente) es uno de los momentos más apropiados del año para conseguir una promoción profesional.
Ahora más que nunca es cuando se valora a los mejores empleados, aquellos que, como se dice popularmente, «sacan las castañas del fuego». Por eso, para conseguir el objetivo hay que ser precavidos, eso sí. Y por ello en Muy Pymes proponemos una serie de pautas para que nuestra petición llegue a buen puerto y consigamos ese merecido reconocimiento por parte del empleador.
Ideas claras y posición precisa.
Estar en el sitio justo en el momento adecuado es la clave. Hay que ser pacientes y constantes en nuestra tarea, para que nadie nos adelante en la carrera por el ascenso. Para ello, hay que tener siempre las cosas muy claras, los objetivos bien definidos y actuar conforme a estos. Eso se transmite a los compañeros… y a tu jefe, que es el que estará observando cada paso que da su equipo para poder detectar el talento.
Pros y contras de un ascenso.
Ha de compensarnos el cambio de desempeño. Entre las cosas positivas estará sin duda alguna el sueldo, un salario más alto, además de poder desarrollar unas tareas que seguramente supondrán un reto profesional para el empleado. Sin embargo, hay que tener también en cuenta los ‘contras’ de subir de puesto: más responsabilidad, mayores preocupaciones, y todo lo que ello puede conllevar. Una vez estudiados esos pros y contras, toma la decisión. Si quieres ese ascenso, ¡a por él! Eso sí. Si llega la propuesta ya es imposible echarse para atrás. ¡Quien se niega a aceptar una promoción no suele tener una segunda oportunidad!
Conocerás a la empresa como a ti mismo.
Debes empaparte de la compañía en la que trabajas, su historia, planes de desarrollo, trayectoria, retos de futuro, etc. Eso debes transmitirlo a tus superiores, aquellos que tendrán tu candidatura en sus manos. En lo que respecta a tus funciones en el negocio, no dudes en recordar tus logros en el trabajo, respeto, experiencia y otras características que pueden ser importantes, como son las habilidades directivas y la ética profesional.
El saber no ocupa lugar.
Se valora especialmente que la persona sea proactiva y que tenga inquietudes profesionales, por crecer y formarse, reciclarse, puntos clave si lo que aspiras es a un puesto de mayor rango, bien para llevar un equipo o para la gestión de nuevos productos y servicios. Debes saber vender esto, tanto tus virtudes como tus inquietudes y todos aquellos retos en los que estés inmerso, los cursos o másters que tengas planeado llevar a cabo. La empresa entenderá que esa mayor capacitación profesional repercutirá en un mejor desarrollo de tus tareas y, en consecuencia, beneficiará a la compañía.
Puesto desierto… candidato perfecto.
Finalmente, te apuntarás un gran tanto a tu candidatura si propones a tu superior una persona que podría sustituirte perfectamente. En este caso no debes mostrarte como imprescindible ni insustituible, sino el empresario no querrá moverte de tu puesto. En caso de no contar con ningún compañero susceptible de tomar tu cargo, no dudes en formar a aquella persona con mayor potencial para ejercer de sustituto.
