Diferenciarse es hoy cada vez más difícil, ya que la calidad y los costes de los productos son similares. Por ello, la clave de los negocios está en el «branding», es decir, en el poder de la marca como elemento diferenciador.
Para Tom Peters, declarado «gurú de gurús» por The Economist y la revista Fortune, lo que constituye la diferenciación parte precisamente de los intangibles de una empresa: valor, credibilidad y singularidad de una marca.
Existen algunos puntos clave que debemos tener presentes para que este branding esté bien enfocado y exprese el posicionamiento de la nueva marca de una forma clara, diferencial, simple y relevante.
- Conocer a tus consumidores. Conoce sus necesidades, hábitos, estilo de vida… Esto te permitirá posicionar tu oferta en el lugar adecuado y dirigir tu comunicación hacia los canales adecuados.
- Posiciónate respecto a tu competencia. Para ello pregúntate: ¿Qué hace que mi producto/servicio sea mejor o diferente al resto?
- La marca no es más importante que el producto o el servicio al cliente: Un emprendedor debe de ser consciente de que un producto inferior no es mejor porque tiene buena apariencia. Se debe trabajar en la construcción de productos que la gente adore y proveer a los clientes con servicios que les mantenga contentos.La marca debe tener una audiencia concreta: Muchas veces, para posicionar tu marca es preferible ir a un target cualitativo y no cuantitativo. De esta manera, se le otorgan significados más fácilmente y no dispersas su posicionamiento.
- Apuesta por la experiencia del consumidor: Da a tus consumidores algo de qué hablar – simplicidad, menos es más, personalización, proceso de compra innovador, etc.