Un total de 761.000 jubilados alemanes, 120.000 de ellos mayores de 75 años, tienen un «mini job» por el que no pagan impuestos y con el que completan su pensión de jubilación.
Las razones son muy variadas, unos alegan que el dinero no les llega, otros simplemente quieren mantenerse activos. El número de horas de trabajo, cuatro al día como máximo y no más de 20 por semana, se ajusta al nivel de actividad que desean. Sea lo que sea, lo cierto es que desde el año 2003, fecha en que entró en vigor esta forma de empleo, el aumento es del 60%.
Según la Agencia Federal de Empleo alemana, hay una 154.000 personas en edad de jubilación que desempeñan un empleo de plena cotización, cifra que se ha duplicado desde 1999. La mayoría de ellos, unos 80.000, cuenta incluso con un puesto de trabajo de horario completo y la estadística no incluye a los trabajadores autónomos en edad de jubilación.
Conociendo estos datos, sólo hay una cosa clara, el sistema está cambiando a pasos agigantados y no hay país de Europa que se pueda librar. Ulrike Mascher, presidenta del organismo social VdK, ha señalado, que la mayoría de los 120.000 mayores de 75 años que tiene un minijob «no son precisamente profesores universitarios que quieren trabajar mas tiempo, sino jubilados que reparten periódicos, llenan las estanterías de supermercados y practican otros oficios poco atractivos para mejorar sus pensiones».
Y es que, los datos no dejan duda, quien se jubiló en 2000 en Alemania, tras 35 años de vida laboral, obtuvo una pensión media de 1.035 euros al mes, cifra que ha bajado hasta los 953 euros para quien se ha jubilado en 2011 en las mismas circunstancias.