Los nuevos emprendedores tienden a no arriesgar. Lo demuestra el alto porcentaje que se decanta por la franquicia, un modelo de negocio «ya hecho» y que en teoría, ya ha demostrado su viabilidad. Los últimos números que maneja Erpasa consulting, afirman que el número de emprendedores que se decantaron por la franquicia creció un 27% en los seis primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2012.
Una de los cuestiones que se destaca en este estudio es el problema de la financiación, ya que el 70% de los nuevos emprendedores carecen de fondos suficientes para cubrir el 100% de las necesidades del nuevo proyecto. Por ello, se ven obligados a buscar otras alternativas como recurrir a la familia, rehipotecar sus bienes o pedir financiación a los bancos.
Según este estudio, únicamente tres de cada cinco emprendedores consiguen financiación bancaria, aunque tienen que aportar mucha más información, avales y compromisos que hace cinco años.
Respecto a la medida incluida en el proyecto de Ley de Emprendedores sobre el pago del IVA una vez cobradas las facturas, los emprendedores la reciben de forma satisfactoria, ya que un 65% considera que “les afectará muy positivamente”. Otra de las reformas incluidas en dicha ley, la bajada de la cuota de los autónomos a 50 euros los seis primeros meses para los menores de 30 años, es considerada de gran ayuda, aunque reclaman ampliarla en su rango de edad.
Este demanda está justificada en que sólo un 20% de los emprendedores que optan por la franquicia son menores de 30 años por lo que se deja al margen de este beneficio a un 80% de potenciales emprendedores.
En lo que sí se muestran de acuerdo es en que el Gobierno debe seguir en la línea de bonificar la Seguridad Social ya que se trata de uno de los gastos más fuertes que se tiene al comenzar un negocio. El perfil predominante del emprendedor de una franquicia, un 45%, es el de una personas, entre 25 y 35 años, que se decanta por esta opción ante la falta de una salida laboral en una empresa.
En el estudio se denomina a esta figura como el emprendedor “forzoso”. Busca un modelo de negocio adaptado a sus necesidades, con una inversión inicial de entre 20.000 y 40.000 euros, en sectores como alimentación, ocio, viajes y turismo.
