Según se desprende de un estudio que ha realizado Regus entre más de 44.000 trabajadores de más de 100 países, el gasto económico que suponen los desplazamientos a la hora de ir a trabajar se ha convertido en un gran quebradero de cabeza para los trabajadores españoles. De hecho, y a pesar de la crisis, los trabajadores españoles gastan un 4% de su salario anual en los desplazamientos por motivos laborales.
Para un desafortunado, aunque pequeño porcentaje de trabajadores españoles, el transporte al trabajo consume gran parte de sus ingresos: el 11,6% de ellos afirma que gastan por lo menos el 10% de su salario en ello, mientras que el 17,3% consume entre el 5 y el 10%. En cualquier caso, España se sitúa rozando la media mundial, que asciende hasta el 5%. El coste medio global se ha disparado por encima de esa cifra en algunos países como Sudáfrica, Brasil, Francia, India, y México, en los que la media ha llegado hasta el 6%.
El hecho de que un trabajador en España gaste un 4% de su sueldo en trasladarse al trabajo se traduce en un gasto de 840 euros para ingresos de 21.000 euros anuales. El gasto en transporte se suma al tiempo que el trabajador español medio tarda en el traslado ya que según datos de Regus el 35% tarda más de una hora en sus desplazamientos. Estas cifras hacen que los trabajadores seleccionen con mucha más cautela en qué empresas desarrollar su labor, dotando de más importancia a la localización, lo que complica la labor de captación y retención de talento de las empresas.
La solución para minimizar el impacto de estas pérdidas económicas y de tiempo pasa por el trabajo flexible. Las empresas que quieran ofrecer a los trabajadores un beneficio real y retener al personal valioso deben abordar con urgencia la reducción del coste de los desplazamientos, ofreciéndoles la opción de trabajar más cerca de casa al menos una parte del tiempo.