La semana pasada, varias informaciones aparecidas en medios españoles apuntaban a la posibilidad de que Uber, bajo su marca UberX, debutara en nuestro país. UberX que trabaja con conductores profesionales con licencia, funciona ya en otras ciudades europeas como París y Londres y es la alternativa que la compañía da a Uberpop, servicio de ridesharig que ha sido suspendido en casi todos los países del viejo continente.
Sin embargo fuentes de la compañía han confirmado a MuyPymes que de momento, el debut español de UberX no maneja fechas de estreno, por lo menos a corto plazo. Como nos indican estas mismas fuentes, para que esto fuera posible sería necesario cambiar la legislación española en la Ley que afecta a la regulación de alquiler de vehículos con conductor (VTC) que en su artículo 14, indica que no se permite que haya más de uno de estos vehículos por cada 30 taxis. Lo hace de la siguiente forma:
El órgano competente podrá denegar la autorización solicitada si existe una desproporción manifiesta entre el número de autorizaciones de esta clase otorgadas en la zona en que esté situado el municipio y los potenciales usuarios del servicio.
En todo caso, se entenderá que es manifiesta la referida desproporción y que, en consecuencia, procede denegar la autorización, cuando la relación entre el número de autorizaciones de esta clase domiciliadas en la comunidad autónoma de que se trate y el de autorizaciones de transporte discrecional interurbano de viajeros en vehículos de turismo domiciliadas en la misma sea superior a una de aquéllas por cada treinta de éstas.
Para Uber este punto de la legislación hace muy difícil que un servicio como UberX pueda desembarcar en ciudades como Madrid o Barcelona, donde el número de taxis ya es muy elevado. No obstante, las mismas fuentes consultadas nos indican que están trabajando en este extremo y que cómo otras empresas del sector, piden a las autoridades un marco regulatorio que les permita operar con normalidad en España.
Los errores de Uberpop
Desde la compañía también son conscientes que en su primera aproximación a Europa, no se hicieron las cosas tal y como deberían. Reconocen que fueron demasiado rápidos a la hora de intentar implementarse en países como Francia y España y de alguna forma, empezaron a construir la casa por el tejado.
En vez de lanzarse en un primer momento con un servicio como UberX, tal y como lo hizo la startup española Cabify, apostaron por el «todo o nada» de Uberpop, servicio de economía colaborativa puro, que ha encontrado desde el principio la incomprensión y la denuncia del sector del taxi.
Para no repetir errores del pasado, la intención de la compañía pasa en estos momentos, por ayudar a desarrollar un marco regulatorio que permita en primer lugar la implementación de UberX, para en un segundo momento y cuando la sharing economy se encuentre más madura en nuestro país, apostar por un nuevo lanzamiento de Uberpop. ¿Cuándo veremos ambas cosas? Es difícil saberlo, pero lo que sí es seguro es que van a seguir intentándolo.
