Existe una gran diferencia entre críticas destructivas y críticas constructivas. La primera no aporta nada positivo y sólo conduce a dañar la autoestima de la persona. Se caracteriza por no tener argumentos ni propuestas de mejora. En cambio la segunda, tiene como primer propósito mejorar los errores y retroalimentarse. Aquí el emisor tiene la intención de corregir aquello que se está haciendo mal.
Esta diferencia no tan sólo se encuentra en lo que se dice, sino que en cómo y cuándo se dice. Es fundamental encontrar el momento ideal para esta retroalimentación. Si ésta se realiza en plena discusión, claramente no tendrá buena recepción y sólo aumentará el tono de ella. Además, no es adecuado involucrar a terceros en esta conversación, ya que por muy buen tacto que se tenga, si el feedback se hace público, incomodará al afectado y lo más probable es que se moleste.
El portal de empleo Trabajando.com te da algunas ideas para que tomes nota:
- Las críticas siempre deben ir dirigidas hacia los actos, no a las personas.
- No juzgues los comportamientos gratuitamente. Explícale cómo afectan sus comportamientos a la organización.
- Sé concreto.
- Busca un lugar privado.
- Señala las consecuencias positivas que tendrán si esa situación se corrige.
- Las alternativas de mejora háganlo en conjunto, no impongas reglas ni ideas, porque sonará amenazante.
- Demuestra empatía, entiende la posición del afectado.
- Reconoce el trabajo de la persona.
Para que esta retroalimentación sea positiva, también es necesario que el receptor tenga una buena actitud. A continuación te damos algunos consejos que debes tomar en cuenta al momento de enfrentarte a una crítica:
- Muestra disposición a mejorar lo que has hecho mal.
- Reconoce tu error.
- Sé humilde y no te excuses.
- Reconoce la crítica como una instancia para mejorar tus habilidades.
- Mantén el control de tus emociones, recuerda que esto no es personal.
- No interrumpas a la otra persona, espera a que termine para que puedas hablar.