Millones de personas se sentaron anoche a escuchar las palabras de su majestad el rey Felipe VI, un discurso en el que el monarca defendió la unidad del país y la voluntad de profundizar en la idea de una España “de abrazos abiertos y manos tendidas”. Junto a la importancia de llegar a consenso básicos entre los partidos y los buenos sentimientos se colaron referencias a la situación económica y muy de puntillas se hizo referencia a las empresas y empresarios que están haciendo posible la recuperación del país.
Felipe IV destacó que es fundamental contar con jóvenes con ideales e iniciativa emprendedora. Para ello destacó que hay que apostar por una “educación que fomente la investigación, impulse la innovación, promueva la creatividad y el espíritu emprendedor como rasgos y exigencias de la sociedad del futuro”. Un futuro en el que ya está siendo muy importante la tecnología y la innovación y es es algo que se refleja en nuestras empresas. “Los avances de la tecnología condicionan cada vez más nuestras vidas cotidianas” –dijo el monarca– y eso ha conllevado cambios que se han introducido en nuestra compañías, “en nuestras fábricas y nuestras industrias, transformando los procesos productos y los empleos tal y como los conocíamos. Incluso está transformando colegios, universidades y centros de formación”.
Este paradigma supone que todos nos adaptemos a la realidad del momento. “Hoy sabemos que no se trata ya solo de una revolución tecnológica sino que es algo más profundo. Es un modelo del mundo que traspasa fronteras, sociedades, generaciones y creencias”. Para plantar cara a la situación, un consejo que es válido para todos los profesionales, emprendedores, empresarios, directivos y empresas que nos siguen día a tras día: “no esperar a que esa nueva realidad se imponga sobre nosotros”. Hay que tener la fuerza y el empuje suficientes como para anticiparnos y asumir el protagonismo necesario en esta era que se abre ante nosotros.
