Según los sindicatos, precarizar el empleo no ha sido nunca un problema para el actual gobierno. De hecho, el empeño que ha puesto en maquillar las escandalosas cifras de paro de nuestro país, le ha llevado a facilitar al máximo la contratación a tiempo parcial o a bendecir una rebaja de los salarios que ha provocado que el poder adquisitivo de los trabajadores caiga año tras año. No hablamos ya de la controvertida reforma laboral. Y es que ese oxímoron del trabajador pobre se ha convertido en una realidad cada vez más asumida por muchas familias españolas. Son lentejas.
Sin embargo los jóvenes se le resisten. Cuatro de cada diez 10 profesionales menores de 25 años no tiene trabajo y más de la mitad de los contratos que firman tienen una duración inferior a seis meses. Los que pueden trabajar cobran una media de 11.568 euros al año. Y sí, seguimos hablando de Europa.
Así que para intentar insistimos una vez más maquillar unas cifras que sacan los colores al país en cualquier evento internacional, ayer la ministra Báñez anunció una suerte de ayuda benéfica para todos aquellos jóvenes que no encuentran empleo y carecen de la formación necesaria para encontrarla: 430 euros a cambio de un contrato de formación. Toda una bicoca para las empresas. Para los jóvenes, no tanto.
Los contratos de formación suponen que las empresas pueden contratar a cualquier joven menor de 30 años a cambio de un salario base de 483.98 euros el primer año (75% jornada) y de 548.51 euros los dos años siguientes (85% jornada). Con este tipo de contrato, las empresas pueden deducirse además el 100% de todas las cuotas a la Seguridad Social.
¿Qué ocurre? Que en la práctica hasta hora estos contratos no están funcionando. Porque digámoslo claro: cobrar el 75% del salario mínimo no es precisamente una oferta irresistible, por mucho que implique ciertas horas de teórica formación. Así que para que sean más los jóvenes los que se animen a dar el paso, Empleo pone en marcha esta ayuda de 430 euros.
El Gobierno calcula que de esta nueva medida podrían beneficiarse unos 800.000 jóvenes menores de 30 años inscritos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil, de los cuales 200.000 trabajan. La ayuda, que saldrá directamente de los presupuestos generales del estado, podrá recibirse durante un máximo de 18 meses, momento a partir del cual el empresario tendrá que decidir si convierte ese contrato de formación, en un puesto real de trabajo. Hagan sus apuestas.
