Las impresiones que hacemos en una pyme son un claro reflejo del trabajo diario que se realiza en la misma, y dicen mucho de nosotros, tanto que pueden llegar a jugar un papel muy importante en nuestro día a día y en la relación con nuestros clientes.

Calidad de impresión, una pieza clave

Lo más importante a la hora de imprimir es sin duda la calidad de la impresión, sobre todo en los documentos externos, es decir, aquellos que van a ir a manos ajenas a nuestra pyme, como pueden ser por ejemplo clientes, asociados o colaboradores.

Si esos documentos no presentan una buena calidad de impresión no darán una buena imagen de nuestra pyme y eso puede acabar teniendo consecuencias muy negativas, tanto que es posible que acaben incluso en una pérdida de clientes.

Por ello debemos tener claro que en los documentos externos, especialmente aquellos que vayan a clientes y que representen trabajos o proyectos, debemos utilizar las impresoras configuradas en un buen nivel de calidad.

Soporte y formato adecuado

La calidad de impresión es vital, pero el soporte y el formato también, y debemos cuidarlo igualmente. Cuando hablamos de soporte nos referimos al tipo de papel. Si hacemos por ejemplo un proyecto en imágenes y lo entregamos al cliente en un papel de baja calidad (escaso gramaje por ejemplo) aunque la calidad de impresión sea aceptable el conjunto no dará una buena imagen.

Lo mismo sucede si no cuidamos el formato, es decir, sino damos una estructura adecuada al contenido de nuestras impresiones, algo que debemos hacer en la etapa previa a la impresión.

¿Y qué hay de los documentos internos?

En ellos es recomendable recurrir al modo borrador para reducir costes de impresión, pero siempre cuidado que tengan una calidad mínima y un formato que permita trabajar con ellos, ya que de lo contrario no serán de utilidad.