La velocidad de impresión es algo muy importante a la hora de elegir una impresora que realmente se ajuste a las necesidades de nuestra pyme, un elemento a tener muy en cuenta ya que puede influir mucho en el flujo de trabajo de nuestra empresa.
Su importancia no es menor en el caso de pequeños empresarios, negocios y autónomos, ya que influirá en nuestra capacidad de trabajo, y si necesitamos hacer frente a proyectos que requieren una cierta cantidad de impresiones puede acabar teniendo efectos claros en nuestra productividad.
Dichos efectos pueden ser positivos si la velocidad de impresión es equilibrada o negativos si la misma es insuficiente, es decir, si la impresora trabaja con lentitud. Para entenderlo bien vamos a poner un ejemplo.
Un pequeño comercio desea iniciar una estrategia para darse a conocer por toda la zona, y para ello necesita imprimir un total de 1.000 páginas con publicidad que serán repartidos por la zona. Si tenemos una impresora que apenas llega a las 10 páginas por minuto tardaremos alrededor de una hora y cuarenta minutos en terminar ese trabajo.
Con una impresora OfficeJet Pro podríamos haberlo terminado en menos de una hora, y con una de las soluciones PageWide más asequibles de HP habríamos terminado en 25 minutos.
Como vemos la diferencia es clara y este ejemplo se puede extender perfectamente a cualquier otro trabajo de impresión que tengamos que sacar adelante. Esos minutos u horas se van acumulando y al cabo de un año suman mucho tiempo perdido por una velocidad de trabajo insuficiente.
¿Qué velocidad de impresión es óptima?
Todo depende del volumen de trabajo mensual que vayamos a sacar adelante, pero os dejamos un resumen orientativo con mínimos recomendados que puede seros de utilidad:
- Hasta 500 páginas: debemos buscar soluciones que ronden las 10 páginas por minuto.
- Hasta 1.000 páginas: es aconsejable un mínimo de 15 páginas por minuto.
- Hasta 2.000 páginas: no menos de 20 páginas por minuto.
- Hasta 4.000 páginas: como mínimo 35 páginas por minuto.
Más información: HP.