La situación del colectivo de trabajadores autónomos «está al borde del precipicio«, ya que unos 300.000 «están en la cuerda floja» y necesitan «ayuda inminente«, mientras que 130.000 se encuentran «en una situación desesperada» porque no reciben ningún tipo de ayuda o prestación»
Estas declaraciones, efectuadas por el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, ponen de relieve la situación de crisis generalizada, de proporciones históricas que está sufirendo el sector.
«El único auxilio que tienen, por duro que parezca, son los comedores de Caritas», subrayó Amor durante un almuerzo para presentar el Observatorio del Trabajo Autónomo, en el que admitió que ATA se equivocó al firmar el Estatuto del Trabajador Autónomo porque cedió y dejó fuera la prestación por desempleo. «Si hubiésemos sabido esto, no hubiésemos firmado», subrayó.
De este estudio se deduce que el 89,2% de los autónomos se ve afectado directamente por la crisis y un 82,6% manifiesta que su negocio ha disminuido sensiblemente. Sin embargo, Amor aseguró que los trabajadores por cuenta propia podrían crear al menos 700.000 empleos estables si recibieran ayudas por parte del Ejecutivo, ya que uno de cada cuatro autónomos necesita contratar, lo que implica un total de 700.000 emprendedores.
En concreto, el estudio desvela que el 70% de estos autónomos no puede crear empleo por problemas económicos. «¿Tan complicado es ayudar a que se contrate?», se preguntó Amor, quien aseguró que el 45% de los autónomos asegura que si tuviese una ayuda directa de unos 10.000 euros para contratar a un trabajador por diez años, lo haría.
Además, el 78% de los autónomos cree que las medidas tomadas hasta la fecha no son adecuadas, ya que para la gran mayoría (61,3%) las más apropiadas son las rebajas de impuestos, la reducción de las cuotas a la Seguridad Social (47,6%), el pago de las facturas antes de 30 días (37,1%), el acceso al crédito y la financiación (35,5%) y las ayudas a la contratación (25,2%).
Así, Amor resaltó la importancia de acometer medidas centradas en estas cuestiones y apostó por agotar todas las vías del diálogo descartando la posibilidad de tomar la calle, aunque admitió que se ha perdido mucho tiempo en el diálogo social y coincidió con el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, en que si no llega al acuerdo, el Gobierno tiene la obligación de gobernar. «Lo que a uno le decepciona es cuando oye al patrón que tiene que guiar la economía decir que poco ya se puede hacer», lamentó.
