La Comisión Europea presentó ayer una propuesta legislativa que permitiría a los Estados miembros dispensar a las empresas más pequeñas de la UE de la obligación de suministrar información financiera.
De prosperar esta propuesta, y de acuerdo con las nuevas reglas, que forman parte del plan comunitario de respuesta a la actual crisis económica, permitirían que cada microempresa se ahorrase los 1.200 euros anuales que suponen de media este tipo de gestión.
El comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, destacó que, en el actual contexto «de incertidumbre económica», esta propuesta permitirá reducir las cargas que pesan sobre las empresas más pequeñas de la UE y «facilitarles la vida». Las microempresas son las compañías que, en la fecha de cierre de su balance, cumplen al menos dos de estas tres condiciones: un balance inferior a 500.000 euros, un importe neto de volumen de negocios inferior a un millón de euros y una media de 10 asalariados durante el ejercicio.
La actividad de las microempresas se limita generalmente al nivel local o regional, con una actividad transfronteriza escasa o nula. Sin embargo, a menudo están sujetas a las mismas obligaciones de información financiera que las empresas más grandes, lo que representa, según Bruselas, una «carga desproporcionada».
La Comisión destacó que estas sociedades juegan un «papel esencial» en la creación de puestos de trabajo y nuevas actividades, pero sólo disponen de «recursos limitados» para cumplir las obligaciones reglamentarias que se les imponen.
