Un reciente informe de Autoscout24 afirma que la situación de crisis generalizada que atravesamos está obligando a buena parte del colectivo de los autónomos a verse en la necesidad de abandonar sus vehículos de trabajo.
De esta forma, los trabajadores por cuenta propia están recurriendo al mercado de segunda mano con el objetivo de vender un vehículo ya innecesario, o bien conseguir dinero rápido, ahora que el acceso a la financiación representa el principal problema para la supervivencia de sus negocios.
Los trabajadores autónomos que están colgando el cartel de “se vende” son aquellos que se dedican a pequeñas reparaciones o reformas (fontaneros, electricistas, carpinteros o albañiles), cuidadores sociales de enfermos o ancianos, así como los que trabajan para el sector del transporte ligero de mercancías, que han visto reducido su volumen de trabajo o se han visto abocados a echar el cierre de sus empresas.
Curiosamente, el estudio muestra que los trabajadores por cuenta propia están tendiendo a retener cada vez más tiempo su “vehículo de trabajo”, tratando de estirar al máximo su vida útil para economizar en su cuenta de resultados. En el último año su edad media aumentó en siete meses, hasta situarse en más de cinco años de antigüedad, con un kilometraje de más de 96.400 kilómetros, lo que supone un rodaje anual de 19.200 kilómetros.
Asimismo, el envejecimiento progresivo de estos vehículos se corresponde con un descenso drástico de su precio, hasta el punto de que el en el último año registraron una caída de un 15,6%, acentuándose esta bajada en los dos primeros meses de 2009, cuando se situó en 9.800 euros.
Por último, el estudio destaca que los trabajadores que optan por el mercado de ocasión para deshacerse de sus vehículos están buscando en momentos de crisis fórmulas más económicas que les permitan ahorrar costes y mantener en activo sus flotas. De ahí, que dos de cada diez autónomos utilicen el renting, según Arval, con el objetivo de evitar gastos imprevistos y tener, en un una única factura, todos los gastos derivados del mantenimiento integral del vehículo.