Connect with us

Hola, ¿qué estás buscando?

Viernes, 29 Marzo 2024

Recursos

¿Podemos medir nuestra reputación on-line?

Seamos o no conscientes de ello, todos tenemos una reputación. La opinión del consumidor, del cliente se hace cada vez más patente en la Red, espacio en la que nuestra imagen y nuestro nombre puede ser objeto de ataques o de usos fraudulentos.

Es importante, especialmente si somos autónomos o freelancers, descubrir y monitorizar nuestra reputación on-line llegando incluso a tomar las acciones pertinentes en caso de que seamos objeto de ataques injustificados.

Cada vez que tecleamos nuestro nombre, o el de nuestra empresa en Google, Twitter, Facebook o cualquier otra de las numerosas fuentes de información existintes en Internet accedemos a la base sobre la que se cimenta nuestra reputación on-line. En un mundo en el que la primera fuente de información para una gran parte de la población es Internet, conviene cuidar al máximo no sólo la información que se vierte sobre nosotros, sino también, y muy especialmente si se están dando prácticas fraudulentas asociadas a nuestro nombre o el de nuestra empresa, sin que seamos conscientes de ello.

Un reciente artículo publicado en Freelance Folder, apunta en esta dirección, aconsejando a profesionales independientes y autónomos sobre de la forma en que pueden conocer su reputación online y cómo actuar en caso de detectar esas prácticas que les perjudican. Para ello, en primer lugar, es importante determinar qué tipo de información podemos encontrar en la Red relativa a nostros o nuestra empresa. En este apartado destacan tres aspectos fundamentales.

Lo que las personas piensan/opinan sobre nosotros o nuestra empresa

Advertencia, desplázate para continuar leyendo

Si por ejemplo tenemos un cliente molesto con nosotros (bien por la calidad de nuestros productos, bien por el servicio prestado) existe una alta posibilidad que plasme su disgusto en Internet, ya sea ateniéndose a los hechos, ya sea exagerando o mintiendo sobre nosotros. Este tipo de opiniones se suelen expresar en blogs y redes sociales, creándose un efecto «bola de nieve» que puede convencer a muchos internautas de que lo que afirma el primero de ellos es una verdad que no merece la pena contrastar.

¿Están plagiando nuestro trabajo? 

Uno de los mayores temores de muchos autónomos y freelancers es que otros se aprovechen de su trabajo. Diseñadores, escritores, periodistas, etc. se enfrentan a diario al famoso copy/paste tan frecuente en Internet en el que, desgraciadamente, cada vez es más habitual en el que no se citen fuentes y se hagan pasar como propios materiales de otros.

Plagio de nuestro nombre o el de nuestra empresa

Como freelancers o autónomos, nuestro nombre o el de nuestra empresa, es importante. Sin embargo ¿estamos seguros de que somos los únicos que lo están utilizando? ¿Cómo sabemos que otros no se han apropiado del nombre de nuestra empresa? ¿Cómo lo están utilizando? ¿Qué reputación tienen? A veces puede que la utilización de un mismo nombre puede que sea una merca coincidencia pero en otras ocasiones, se da una clara voluntad de obtener un beneficio económico o, simplemente de desprestigio.

 

 

Medir nuestra reputación on-line no debería tomarnos demasiado tiempo. Un par de búsquedas en Google y en las principales redes sociales deberían bastar para perfilar la imagen de nuestra empresa en la Red. La cuestión es… ¿podemos actuar si no nos gusta lo que vemos? Aunque cada situación es diferente, y requiere métodos de actuación distintos, un protocolo que podemos seguir, podría ser el siguiente:

1. Ignorar el problema

En un primer momento, si descubrimos que alguien está publicando datos falsos sobre nosotros/nuestra empresa o está plagiando nuestro material, podemos optar por ignorarlo. Puede que con el paso del tiempo, la práctica desaparezca por sí sola o incluso que sean otros internautas los que le pongan en evidencia. Esto es especialmente aconsejable si la reputación del que nos plagia o vierte falsedades sobre nosotros es baja o no es considerada como demasiado fiable por el resto de la comunidad en la que se mueve.

2. Enfrentamiento

Si ignorar a «nuestro agresor» no funciona, el siguiente paso consiste en pasar a un enfrentamiento directo. Para ello, lo mejor es ponernos en contacto con la persona en cuestión y solicitarle bien que retire los contenidos plagiados, bien que rectifique en su opinón o nos ofrezca un derecho de réplica. El derecho de réplica es legítimo especialmente cuando la denuncia que se vierte sobre nosotros tiene visos de credibilidad, o incluso si algunos de sus aspectos son ciertos. Incluso podemos ponernos en contacto directamente con el cliente disgustado para enmendar nuestro error.

3. Pedir ayuda

Si no podemos solucionar el problema por nuestra cuenta lo mejor es pedir ayuda. En Estados Unidos, donde el uso de Internet está muchísimo más extendido que en España existen compañías que se dedican exclusivamente a gestionar nuestra reputación on-line y sancionar los rumores o falsas informaciones que circulan sobre nosotros o nuestra empresa. En España, donde no tenemos constancia que existan compañías que se dediquen exclusivamente a tal fin, si que podemos contactar con agencias de marketing y comunicación que pueden ayudarnos en caso de que tengamos que enfrentarnos a un problema serio.

 

 

Advertencia
Advertencia

Te recomendamos

Noticias

Ofigem Consultores ha anunciado la implantación de Sage Despachos Connected, la solución de gestión empresarial de Opentix (del Grupo Aitana) dada la necesidad de...

Recursos

La digitalización ha desembarcado en todos los sectores empresariales, sin embargo, en algunos se encuentra en un estado más avanzado que en otros. Según...

Digitalización

Cegid acaba de lanzar una nueva solución integral en la nube para pymes de hasta 30 empleados. En línea con su estrategia por reducir...

Recursos

La firma de consultoría, ARBENTIA, destaca la necesidad de que los despachos de abogados avancen en su transformación digital a través de unas claves...

Copyright © Total Publishing Network S.A. 2024 | Todos los derechos reservados