Bien es sabido que en época de crisis toca recortar gastos y al parecer uno de los sectores que más están sufriendo la bajada del consumo es el los licores y bebidas espirituosas, cuyo presidente, Jaime Gil-Robles ha manifestado que la venta de bebidas ha caído un 12% en los primeros 6 meses del año.
Desde la Federación Española de Bebidas Espirituosas se prevé cerrar 2009 con un retroceso en las ventas del 15%, lo que además podría suponer un recorte de ingresos para las arcas estatales de 180 millones de euros.
El presidente de la patronal indicó que a la federación le preocupa el impacto de la crisis en la hostelería y el turismo, al tiempo que adelantó que «el verano no debería ser mejor, porque no se observa ningún indicio de que el consumo aumente ante el bajo nivel de confianza», y puntualizó que si no mejora la situación durante este periodo, «el otoño y el invierno van a ser aún peor».
En este sentido, Gil-Robles destacó que el consumo en la hostelería nocturna ha caído un 33% y afirmó que si la media de 2008 se situó en «dos copas por persona y noche», en la actualidad se sitúa en 1,2. El presidente de los licoreros abogó por la hostelería «como fuente económica para absorber la mano de obra de otros sectores», e instó a los ayuntamientos a contemplar el sector «como una fuente de riqueza y no de problemas», al tiempo que confió en que la nueva directiva de servicios que entrará en vigor a finales de año ayude a mejorar las relaciones entre las administraciones locales y los locales de ocio.
Por canales de distribución, la venta de bebidas espirituosas mantiene el mix 70-30 en favor del consumo en hostelería, aunque este canal represente una caída «más acusada» que el canal alimentación. Territorialmente, las grandes urbes mantienen mejores datos de consumo frente a otras de menor tamaño, y Balares y Canarias son las comunidades más afectadas por la caída.