Cada vez son más las mujeres que optan por el tele-trabajo, hasta el punto de que 64.725 han comenzado a trabajar desde sus casas en el primer trimestre de 2009, según datos del Centro de Análisis de la Sociedad de la Información y las Telecomunicaciones.
La causa de este incremento de tele-trabajadoras podría encontrarse en la actual crisis económica, ya que se trata del único grupo que ha aumentado su presencia en esta modalidad de trabajo en los últimos seis meses.
Según Andrés Font, director de Enter (la empresa que ha desarrollado este estudio), este tipo de relación laboral «beneficia directamente a las mujeres, discapacitados y gente que vive en zonas rurales». «A las mujeres porque están más ligadas al hogar y al cuidado de los hijos; a los discapacitados por seguridad en su movilidad, y los que viven en zonas rurales, ya que permite un mayor desarrollo», ha explicado.
El director de Enter ha enumerado tres tipos de tele-trabajo: el que se realiza desde casa de forma permanente, el trabajo realizado en casa de manera flexible, en el que el trabajador acude dos o tres veces por semana al centro laboral y el del autoempleo, denominado «SOHO» (Small Office, Home Office), muy popularizado en Gran Bretaña y con la tendencia de crecimiento en tiempos de crisis.
Font ha augurado que el tele-trabajo va a aumentar dado que supone ventajas para «las empresas, los trabajadores y la sociedad». «Para la empresa, incrementa la productividad y reduce los costes de espacio, costes fijos e infraestructura en hasta un tercio», ha precisado.
Para los empleados la ventaja es la mayor compatibilidad entre la vida personal y la vida laboral ya que «el horario te lo preparas tú». Y finalmente, «la ventaja para la sociedad es el cuidado del medio ambiente como resultado del menor uso del coche», ha subrayado Font.