Italia ha respondido con indignación a los comentarios de un ministro que afirmó que la hora para comer (un ritual para muchos trabajadores italianos) es mala para la cintura y la economía, y debería eliminarse.
Mientras que muchos europeos se comen apenas un sándwich en su puesto de trabajo, la mayoría de los italianos aún acuden en masa a la cantina de la empresa para una buena comida, con pasta o carne, un plato de verduras, fruta y un café, una tarea para que suelen emplear algo más de una hora.
Pero el ministro Gianfranco Rotondi ha asegurado que esto fomenta la vagancia y la obesidad, haciendo la jornada laboral innecesariamente larga, e implica que los padres llegan a casa más tarde para ver a sus hijos.
Sus comentarios acapararon las primeras páginas de los diarios, fueron satirizadas en caricaturas y rechazadas por los sindicatos que se alinearon con el derecho de los trabajadores a un descanso para comer. Los nutricionistas advirtieron de que si los italianos prescindían del almuerzo, podrían sufrir desvanecimientos por la tarde. «Es malo para la productividad y también para la armonía del día. Nunca me gustó este ritual que lleva a Italia a la paralización», dijo el ministro.
En vista de la indignación que han provocado sus comentarios – Michele Gentile del mayor sindicato, el CGIL, lo ha calificado de un «ataque contra los derechos del los trabajadores» -, Rotondi después ha aclarado que «nunca había propuesto eliminar la hora de comer». «Sólo dije que abolí la mía hace 20 años. Lo ideal sería que los trabajadores eligieran», ha manifestado.