La propuesta de reforma del mercado laboral ya está encima de la mesa, y en principio gusta tanto a los sindicatos (que han conseguido que no se modifique el marco de contratación) como a la patronal, que a obtenido algunas de sus pretensiones, si bien algo diliuidas en un marco genérico.
El objetivo fundamental es la creación de empleo, y para ello se quiere, entre otras cosas, disminuir la dualidad y segmentación entre los contratos indefinidos y temporales y aumentar la empleabilidad de parados y jóvenes.
En el documento se establecen dos modalidades de contrato a tiempo parcial: una con horario fijo y estable para facilitar la conciliación de la vida laboral y personal y otro con horario flexible para que las empresas se puedan adaptar a los cambios en sus procesos productivos.
El Gobierno quiere fomentar el uso del contrato de fomento del empleo estable (que contempla una indemnización por despido de 33 días, frente a los 45 de un indefinido ordinario).
Otra propuesta es utilizar la reducción de jornada como ajuste temporal de empleo, reducir los contratos temporales y crear un plan extraordinario de empleo para jóvenes de hasta 24 años.
El Ejecutivo plantea agilizar la autorización de los Expedientes de regulación de empleo temporales, que podrían ser utilizados por empresas de cualquier tamaño e independientemente del número de trabajadores que tengan.