El tabaco es responsable de la muerte de 1.000 trabajadores de hostelería cada año, por enfermedades relacionadas con la exposición a las partículas en suspensión en los locales donde se fuma.
En estos lugares, la contaminación ambiental es diez veces más alta que en la calle y excede entre cuatro y ocho veces la recomendada por las autoridades sanitarias. Así lo ha afirmado el portavoz del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNTP), Rodrigo Córdoba, autor del estudio más importante realizado sobre la materia.
El estudio, realizado en colaboración con las profesoras de la Universidad de Zaragoza Carmen Alayeto e Isabel Nerín, se basa en la medición de partículas finas respirables del humo del tabaco en la hostelería.
La investigación se ha desarrollado durante dieciocho meses en 111 locales de hostelería, desde cafés, bares, restaurantes, ‘pubs’ y locales de ocio nocturno de Zaragoza.
Uno de los datos más evidentes que se ha puesto de manifiesto, según Córdoba, es que por término medio, el nivel de contaminación por partículas tóxicas en suspensión en los locales donde se fuma, aunque sólo lo hagan dos o tres personas, es diez veces más alta que en la calle y excede entre cuatro y ocho veces las recomendadas por las autoridades sanitarias.
«Si en la calle el nivel de contaminación fuese parecido, las autoridades sanitarias decretarían ‘alarma ambiental’ y recomendarían a la población no salir», advierte.
Las principales víctimas del tabaquismo pasivo, añade, son los trabajadores de la hostelería, que pasan entre 8 o 10 horas en su puesto de trabajo, una situación que no pueden elegir, además de ser peligroso para los clientes.
Según el estudio, debido a que la exposición al humo del tabaco es acumulativa (a más horas de exposición más riesgos), se estima que en España se registran unas 1.000 víctimas anuales entre los trabajadores del sector hostelero por el tabaco inhalado en los últimos 30 o 40 años.
Causa de muerte prevenible
El tabaco pasivo es la tercera causa de muerte prevenible en España, unas 3.200 anuales en los estudios más conservadores. La primera es el tabaquismo activo, con 53.000 fallecimientos, y la segunda el abuso del alcohol, con 8.500, según Córdoba.
Córdoba ha explicado, además, que los sistemas de ventilación sólo funcionan, según los fabricantes, cuando no se fuma. «Son unos sistemas que en la mayor parte de los casos no protegen nada a los trabajadores y tampoco a los clientes».
A su juicio, en el debate actual sobre la prohibición total de fumar en espacios públicos hay «intereses poderosos». Para Isabel Nerín, «no se trata de perseguir a nadie» sino de ser coherentes para proteger a la población general, ya que se sabe que «fumar mata« y es «inadmisible» que un colectivo de 1.300.000 trabajadores de hostelería esté expuestos a un riesgo prevenible.