La Federación Nacional de Trabajadores Autónomos ha vuelto hoy a cargar contra el Gobierno, denunciando que las líneas ICO lanzadas por el Ejecutivo socialista «sólo» salvan de la quiebra a una de cada tres pymes o autónomos.
El presidente de ATA, Lorenzo Amor, aseguró además que espera que el conocido como decreto de Zurbano «no se quede en medidas de cara a la galería», por lo que confía en que se demuestre que «el Gobierno quiere resolver de verdad el problema de los autónomos».
El representante de ATA aseguró que que sólo 60.000, de los 700.000 trabajadores por cuenta propia que solicitaron acogerse a las líneas de financiación facilitadas por el ICO, lograron finalmente el crédito. Amor reclamó adaptar el sistema fiscal a la evolución de la economía y lamentó que en tiempos de crisis se mantenga el pago por adelantado del IVA: “Estamos financiando a la administración pública en lugar de que ésta nos financie a nosotros”.
El presidente de ATA insistió en que “no es momento” de subir el IVA, que pasará del 16% al 18% en el tipo general en julio. “Lo que toca ahora es bajar impuestos”, clamó, para después criticar la “exigua” rebaja del 5% del IRPF de los autónomos, al interpretar que bien se “infratributaba” antes o bien se “sobretributa” ahora, ante la caída de la actividad económica.
Amor declaró que confia en que la reforma laboral, que presumiblemente presentará el Gobierno la próxima semana, sea “seria” y deseó que se encamine “más a resolver problemas estructurales que coyunturales”. “No creo que solucione el elevado paro, aunque sí lo podría amortiguar”, valoró.
Además, se decantó por establecer un nuevo contrato para jóvenes con una indemnización por despido progresiva en función de los años trabajados, si bien dejó claro que no debería suponer una rebaja del coste del despido “a largo plazo”. Amor abogó también por “clarificar” las causas del despido objetivo o económico, que contempla una indemnización de 20 días, con el fin de acabar con el “miedo a contratar” e insuflar confianza a los empresarios.
Sobre el incremento del número de afiliaciones de trabajadores autónomos en marzo tras casi dos años perdiendo cotizantes a la Seguridad Social, el representante de los autónomos apeló a la prudencia y lo atribuyó al “efecto refugio” derivado de la crisis. “El paro, las dificultades a la contratación y la caída de la oferta del empleo público impulsan el autoempleo”, explicó.
El presidente de ATA cifró en más de 770.000 los autónomos que se vieron abocados a cerrar sus negocios desde que arrancara la crisis a finales de 2008, y lanzó un mensaje a los bancos: “Los autónomos no hemos provocado la crisis pero sí que la estamos pagando”.
El representante de ATA aseguró que que sólo 60.000, de los 700.000 trabajadores por cuenta propia que solicitaron acogerse a las líneas de financiación facilitadas por el ICO, lograron finalmente el crédito. Amor reclamó adaptar el sistema fiscal a la evolución de la economía y lamentó que en tiempos de crisis se mantenga el pago por adelantado del IVA: “Estamos financiando a la administración pública en lugar de que ésta nos financie a nosotros”.
El presidente de ATA insistió en que “no es momento” de subir el IVA, que pasará del 16% al 18% en el tipo general en julio. “Lo que toca ahora es bajar impuestos”, clamó, para después criticar la “exigua” rebaja del 5% del IRPF de los autónomos, al interpretar que bien se “infratributaba” antes o bien se “sobretributa” ahora, ante la caída de la actividad económica.
Amor declaró que confia en que la reforma laboral, que presumiblemente presentará el Gobierno la próxima semana, sea “seria” y deseó que se encamine “más a resolver problemas estructurales que coyunturales”. “No creo que solucione el elevado paro, aunque sí lo podría amortiguar”, valoró.
Además, se decantó por establecer un nuevo contrato para jóvenes con una indemnización por despido progresiva en función de los años trabajados, si bien dejó claro que no debería suponer una rebaja del coste del despido “a largo plazo”. Amor abogó también por “clarificar” las causas del despido objetivo o económico, que contempla una indemnización de 20 días, con el fin de acabar con el “miedo a contratar” e insuflar confianza a los empresarios.
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