La negociación entre Gobierno y agentes sociales para cerrar la reforma laboral está llegando a su recta final, tras expirar el plazo oficial dado por el Ejecutivo, sin que se hayan producido avances importantes este fin de semana que puedan dejar entrever un posible acuerdo entre las partes.
No obstante, este lunes se celebrará una nueva reunión que podría ser la definitiva: si la reforma se desbloquea, la negociación podría continuar unos días más, aunque todo a punta que finalmente el Gobierno tendrá que legislar por decreto.
De momento, el Ejecutivo ha dicho que negociará hasta el final y apurará hasta el último segundo para que haya una reforma laboral consensuada. Los secretarios de Acción Sindical de CC.OO. y UGT, Ramón Górriz y Toni Ferrer, respectivamente, reconocieron este lunes, en declaraciones a RNE, que hay «grandes dificultades» en la mesa de negociación para lograr un acuerdo, aunque no dieron este episodio por cerrado. «Mientras haya negociación, hay posibilidades de acuerdo», subrayaron.
Los sindicatos insisten en su voluntad de acuerdo, pero admiten que la situación es compleja, sobre todo por las posiciones de la patronal. «Estamos aún en el momento de la negociación, se va agotando, y la voluntad de alcanzar un acuerdo se mantiene intacta. Pero la realidad es que con las posiciones de la CEOE en la mesa, es imposible el acuerdo hoy por hoy», señaló Ferrer.
Tampoco el Gobierno está ayudando mucho, según Górriz, pues el decreto de medidas antidéficit ha hecho «un flaco favor» a la negociación sobre la reforma laboral. Además, el ‘número dos’ de CC.OO. entiende que el Ejecutivo tendría que haber sido «más diligente y proactivo» durante el proceso negociador.
Próxima estación: huelga general
Ambos dirigentes sindicales consideraron que «no es el momento» de imponer decretos, por eso quieren el acuerdo y destacan que lo han querido desde el principio, actitud que, a su juicio, no han tenido otras partes negociadoras, en alusión a la CEOE. «Nuestra actitud siempre ha sido trabajar por el acuerdo, los que han incumplido en este periodo son otros», denunció Górriz.
En todo caso, los sindicatos avisaron de que si finalmente la negociación termina sin acuerdo y el Gobierno impone una reforma por decreto que sea «lesiva» para los derechos de los trabajadores, la huelga general estaría servida.
Sobre qué considerarían «lesivo» para los trabajadores, Ferrer y Górriz apuntaron, por ejemplo, a que se impusiera una reforma que «descausalizara» la contratación temporal, o a que se reduzcan las causas del despido y se incremente el poder empresarial a la hora de expulsar a los trabajadores del mercado laboral.
Los secretarios de Acción Sindical de CC.OO. y UGT advirtieron además de que las reformas impuestas «tienen escaso éxito» y señalaron que por mucho que se haga una reforma laboral, no se creará empleo mientras no se reactive la actividad económica y llegue el crédito a familias y empresas. «La reforma laboral no es el bálsamo que lo cura todo», concluyó Górriz.