Mandar no es fácil. Aunque pueda parecer todo lo contrario, ser el responsable de un grupo de trabajo o una empresa es una tarea muy complicada que acarrea muchos quebraderos de cabeza difíciles de resolver, sobre todo, en estos tiempos de crisis. La parte positiva suele ser el beneficio económico. No obstante, ¿qué diferencia a un buen líder de uno malo? La comunicación y confianza con sus empleados, la creatividad en momentos complicados o el respeto por sus trabajadores son algunas de las claves para ser el jefe perfecto. Saber dirigir una empresa o un grupo de persona no es una tarea fácil pero si una cuestión que se puede ir aprendiendo. Te damos algunas claves para ser el jefe o líder perfecto y llegar a lo más alto extraídas del libro Liderazgo Zero de Iñaki Piñuel. Líder no se nace sino se hace La dirección es una faceta laboral más que se puede aprender y perfeccionar con el paso del tiempo y la experiencia. Es la profesionalidad la que da la oportunidad de llegar a ser un director y no el don de la dirección. Conocimiento del mercado Relacionado con el anterior punto, diremos que la experiencia en un sector concreto también es un grado. Un jefe o líder debe saber qué sucede en su campo, cómo se mueven sus competidores y cuáles son las preferencias de sus clientes para poder adaptar las estrategias de la empresa. Ser creativo Una persona creativa es aquella que da soluciones a los problemas. Precisamente, esta es una de las tareas más importantes de un jefe: ofrecer alternativas a sus trabajadores para que no se paralicen ante un imprevisto o inconveniente.
Comunicación y confianza Tener confianza y una comunicación fluida con los empleados ser esencial para que tanto ellos como el propio líder puedan trabajar de una forma más relajada, unida y eficaz. Respetar a los trabajadores Aunque el jefe siempre es el lleva las riendas de la empresa, debemos tener en cuenta que los trabajadores son su mano de obra y uno de sus mayores valores. Por ello, es conveniente ser justo con ellos y respetar siempre sus preferencias y derechos en la medida de lo posible. Un empleado contento vale por dos. La motivación, fundamental Unido al anterior punto, no sólo vale con respetar a los empleados sino también es necesario darles una palma en la espalda cuando hacen bien las cosas o animarles cuando las cosas no han salido como debían. La motivación debe ser una pieza fundamental en la estrategia de liderazgo. Justicia A la hora de dirigir a un equipo de trabajo, un jefe debe ser lo más justo y equitativo posible para evitar futuros conflictos.
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