España cayó nueve puestos con respecto al año pasado y se colocó en el número 42º en el Informe de Competitividad Global 2010-2011, elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM) y presentado este jueves en la ciudad de Pekín.
El estudio, que elabora un grupo de economistas coordinados por el español Xavier Sala-i-Martín, analiza los datos de 139 economías del planeta, teniendo en cuenta magnitudes macroeconómicas como el tamaño del mercado, las políticas económicas, la legislación, las infraestructuras o el I+D.
El Foro Económico Mundial colocó a España en el puesto 42, con 4,49 puntos, inmediatamente detrás de Puerto Rico y un puesto delante del archipiélago caribeño de Barbados.
El país se situó un año más en los últimos puestos de la Unión Europea, superando a Italia (48º) pero lejos de naciones como Alemania (5º), Finlandia (7º), Holanda (8º), Dinamarca (9º), Reino Unido (12º) o Francia (15º).
La caída de nueve puestos, destaca el informe, «es en gran parte atribuible a un crecientemente negativo cálculo de los mercados laborales y financieros, además de por el nivel de sofisticación de los negocios del país».
España, no obstante, fue por segundo año calificada como el decimotercer mayor mercado para las compañías nacionales y también se valoró positivamente su adecuación tecnológica (30º, un puesto menos que en 2009), sus infraestructuras de alto nivel (14º) y sus altos niveles de educación y formación (31º).
Sin embargo, el informe critica con dureza un año más «la alta inflexibilidad del mercado laboral» (ocupando uno de los últimos puestos del ránking, el 130), lo que según los economistas «desalienta la creación de trabajo, una cuestión de especial preocupación con el alto y persistente desempleo en el país».