La transformación del ICEX en una empresa pública ya es una realidad. El Congreso de los Diputados dio ayer «luz verde» (con la abstención del PP y el PNV) el decreto ley que prevé que el Instituto de Comercio Exterior refuerce su capacidad financiera y pueda entre otras cosas, financiar a las pymes que quieran dar el salto al exterior.
El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, ha remarcado que esta reforma pretende elevar de 2.000 a 3.000 empresas el incremento anual de la base exportadora, de forma que el sector exterior se consolide como uno de los «pilares estructurales» del crecimiento económico del país ante la caída de la demanda interna, ya que se estima que cada 10% de aumento de la exportación equivale a la creación de 270.000 empleos.
En este sentido, Sebastián ha señalado que en España hay 40.000 empresas que exportan con regularidad, y aunque el número es «aún bajo», cada vez más sociedades demandan servicios especializados. Asimismo, ha destacado que el objetivo mantener la cuota de mercado de España pese al empuje de los mercados emergentes, al tiempo que se aumenta la presencia en éstos al 1,5% anual, frente al actual 0,75%.
Para ello, una de las novedades más destacadas que incluye el decreto, que entró en vigor el pasado 13 de abril, es que el ICEX podrá llevar a cabo operaciones de inversión financiera, permitiendo la concesión de préstamos a las empresas, de carácter participativo o de otros tipos. La actividad potenciará, según Sebastián las exportaciones de productos de tecnología media-alta, que pasarían de la actual tasa de crecimiento del 15% anual, hasta un 20%.
Miguel Sebastián ha destacado que el ICEX es la entidad de referencia en el apoyo a las empresas españolas que salen al exterior y en las más de quinientas ferias y actividades que organiza cada año en todos los mercados del mundo participan cerca de diez mil sociedades.
Pero Sebastián ha destacado que, desde su constitución en 1982 –«el año del Naranjito»– el ICEX no ha sido reformado, pese a los cambios en la situación del comercio internacional con la integración de España en la Unión Europea, la eliminación de barreras comerciales o la irrupción de los mercados emergentes. «No podíamos quedarnos atrás», ha remarcado.
