Aunque el honor no está para demasiados bollos, el sueldo que se paga a los empleados es esencial para conseguir su productividad y motivación. Aunque no es el único factor que nos ayudará a sacar el máximo partido de aquellos que trabajar en un negocio, si es importante compensar su tiempo, esfuerzo y dedicación a la organización ¿Cómo? LideraTV de Fundación Banesto nos da algunas claves.
En Europa, muchas empresas pagan a sus empleados por objetivos, esto es, dependiendo de los proyectos o labores que han realizado tienen una recompensación en forma de sueldo extra. Sin embargo, no es la único forma de fomentar la motivación dentro de un empleo.
Está claro que tener a un equipo motivado y con ganas de tirar del negocio es esencial. Pero ¿cómo lo conseguimos? Hay varias formulas te mostramos algunos incentivos:
- Económicos: comisiones, bonus, productividad, beneficios, rentabilidad…
- Premios: regalos, reconocimientos…
- Beneficios sociales: horario flexible, bonos para comer…
- Oportunidades progreso: subida de cargo, ascenso…
- Estabilidad de cargo: contrato indefinido…
Este tipo de incentivos deben constar en nuestra nómina y dependiendo el caso, si son temporales o fijos, también en nuestro contrato. Además, el sistema debe ser transparente y con unos parámetros claros para que surgan envidias entre compañeros.
Con todo esto, las empresas tienen que tener en cuenta que los beneficios que se les dan a los empleados tienen que ser rentables, es decir, que se puedan sostener económica y por supuesto, que sean un aliciente para que los trabajadores sigan levantando el negocio cada día.
Aún así no hay una relación proporcional entre incentivos y motivación ya que ésta última depende de muchos más factores como el ambiente en el trabajo, el propio cargo o la formación que se da.
