Uno de los momentos más temidos de cualquier entrevista laboral suele producirse cuando el entrevistador se nos queda mirando fijamente y nos pregunta..¿Podría decirme cuál es su principal debilidad? En este momento a muchos de nosotros se nos «hiela literalmente la sangre» y damos como respuesta lo que consideramos que en realidad no es una debilidad en absoluto. Así respuestas como «Creo que me soy muy perfeccionista» o «Trabajo demasiado» suelen salir a escena. Sin embargo los entrevistadores ya esperan este tipo de respuestas y desde luego, no son las mejores que podemos dar. En MuyPymes te ofrecemos una posible solución para esta situación tan «peliaguda».
Descubrimos en Lifehack que la respuesta que hemos de dar a esta pregunta tan delicada no es tanto el disfrazar una fortaleza de debilidad (que como hemos visto es lo que el entrevistador espera que hagamos) como ofrecer una auténtica debilidad personal que realmente no esté demasiado relacionada con el trabajo que nos están ofreciendo. Por ejemplo, si estamos aspirando a obtener una posición en un departamento de recursos humanos, podríamos responder algo como lo siguiente:
«La contabilidad no es precisamente una de mis fortalezas. Entiendo en términos generales cómo funciona la contabilidad de una empresa, pero reconozco que mis conocimientos en el tema no son muy profundos. Por supuesto esta es una de las razones por las que me he presentado a este puesto de trabajo. Creo que me va a ayudar a desarrollar algunas habilidades que necesito perfeccionar, y la contabilidad podría ser una de ellas».
Al ofrecer este tipo de respuesta conseguimos dos efectos positivos. El primero es que estamos siendo totalmente sinceros con el entrevistador (algo que va a agradecer), y el segundo es que no estamos perjudicando nuestras posibilidades de resultar elegidos. Hay que tener en cuenta que nadie espera encontrar al otro lado de la mesa de entrevistas al trabajador perfecto y reconocerlo solo puede beneficiarnos.
