Tras su lanzamiento el pasado 26 de octubre, Windows 8 se enfrenta ahora a un gran reto: su adopción por parte de las empresas. Teniendo en cuenta que la propia Microsoft ha definido al nuevo sistema como «la nueva era post-PC», orientado a tablets, híbridos y ultraportátiles, hará que las reticencias que suelen mostrar las compañías para cambiar de sistema operativo se incrementen.
Algunos analistas coinciden en que serán, precisamente, los tablets, en mayor medida, y los híbridos y ultraportátiles los dispositivos que impulsen la penetración de Windows 8 en entornos empresariales. A la hora de realizar esta afirmación, las consultoras señalan al BYOD (bring your own device) y a la consumerización como las tendencias que llevarán a Windows 8 a recuperar terreno en este ámbito.
Según Peter Sondergaard, analista de Gartner, a corto plazo, “no hay imperativos de negocio que obliguen a las empresas a actualizar sus sistemas operativos a Windows 8”. No obstante, a medida que los tablets se consoliden en el mundo empresarial, la adopción de Windows 8 crecerá. Sondergaard considera que esto no se producirá hasta, por lo menos, 2014.
Para otros expertos, la adopción de Windows 8 por parte de las empresas se podría acelera si se incrementa, aún más, el uso de los tablets por parte de las compañías, algo que, según los analistas, no se descarta.
