Tras anunciar la semana pasada que ya se han superado los seis millones de parados en nuestro país, la situación española es crítica en materia de empleo. Atrás quedan aquellas promesas del Gobierno cargadas de optimismo sobre que el número de parados iba a disminuir, no ocurrirá, así lo han comunicado, no hasta por lo menos el año 2015.
En ese año y en el mejor de los casos, la tasa de paro será del 25,8%, muy superior a la que encontró Mariano Rajoy cuando llegó a la Moncloa. Por su parte, 48 horas después de que la vicepresidenta del Gobierno y los ministros de Economía y Hacienda dieran esta mala noticia, Mariano Rajoy aseguraba en Granada, tras una rueda de prensa, que «antes del final de la legislatura estaremos creciendo y crearemos empleo».
Rajoy pide paciencia y asegura que «ha habido avances, aunque la gente no los vea todavía». Lo cierto, es que son muchas las críticas recibidas por diferentes colectivos y otros grupos políticos. Sin ir más lejos el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, escribía a través de su cuenta de Twitter: «¿Cómo se atreve Rajoy a pedir paciencia a los españoles mientras se espera que hasta el 2016 se sumen 1.300.000 personas a la actual cifra de 6.200.000 desempleados?»
Por su parte, el PSOE prepara un plan de estímulo del crecimiento que incluirá una “moratoria frente al desempleo” que favorezca que las empresas no despidan, según adelantó el pasado viernes Valeriano Gómez. El portavoz económico apuntó la posibilidad de que el coste laboral de las empresas que renuncien al despido se reparta entre el Estado, la empresa y el propio trabajador, a través de reducciones de jornada, una fórmula que, según dijo, se aplica en Alemania a 1,5 millones de trabajadores.
