Viernes, 12 de la mañana. Es el último día de la semana y mentalmente, haces planes para el fin de semana. ¿Dónde vas a comer? ¿Qué película acaban de estrenar? ¿Deberías aprovechar el domingo para pintar la habitación de los niños? En el mejor de los casos, el viernes es uno de los días menos productivos de la semana. Y si esta es una deducción a la que es fácil llegar, más complicado sería preguntarse cuál es el día en el que nuestra productividad alcanza su máximo nivel.
Pues bien, según un estudio desarrollado por Accountemps entre los directores de recursos humanos de 300 grandes empresas, los martes se llevan la palma de oro de la productividad. Los famosos martes obtuvieron el 33% de respuestas positivas, seguidas de los miércoles con un 23%. La vuelta al trabajo de los lunes se alzó con un 18% de respuestas mientras que los viernes únicamente cosecharon un 6%.
Nos queda pues el jueves, un día que se queda en «tierra de nadie» como el día más improductivo, ese día en el que los empleados no tienen la fuerza vital de los primeros días de la semana, pero tampoco vislumbran el descanso del sábado.
¿Y por qué el martes es el día más productivo? ¿Por qué no el miércoles o el lunes? Según explica Vitaly Melnik, uno de los autores del estudio, «el martes has asumido plenamente que el fin de semana ha terminado, has organizado tus proyectos semanales y estás enfocado sobre lo que tienes que hacer. La situación se mantiene a lo largo del miércoles, mientras que según se va alargando el jueves, empiezas a pensar en el fin de semana próximo».