España es uno de los países de Europa donde es más caro ser autónomo. A pesar de que en nuestro país se darán de alta como autónomos más de 120.000 personas este año, a este colectivo se le exprime con costes de la seguridad social, del empleado y de impuestos directos e indirectos, mermando así su competitividad y obligándolos a darse de baja.
Si es tu caso y te has planteado esta opción, es importante que tengas en cuenta una serie de pautas a seguir. Lo primero es tramitar la baja en el Impuesto de Actividades Especiales (IAE). Para ello, basta con acercarse al Ayuntamiento de residencia o Consejería de Economía de una comunidad autónoma dada y constatar el cese de esta actividad.
A continuación hay que presentar el modelo 036 en la Agencia Tributaria. Esta actividad se puede llevar a cabo tanto de manera presencial como de manera telemática. Así, con el modelo en la mano, solo hará falta marcar la casilla 150 de la baja y señalar la fecha efectiva de esta. La misma puede ser anterior o posterior a cuando se presenta la solicitud.
En lo que respecta a las bajas solicitadas de manera formal, la administración se encargará de que surtan efecto desde el primer día del mes siguiente en el que el trabajador comunica la baja. Por su parte, no se extinguirá la obligación de cotizar hasta el día en que la Seguridad Social conoce la baja en la actividad.