Cuando de impresoras de tinta se trata, el mantenimiento periódico del cabezal de impresión es una parte esencial para obtener una calidad de impresión fiable.
De esta forma, lograremos que los inyectores funcionen a pleno rendimiento e incluso recuperaremos aquellos que se hayan deteriorado con el paso del tiempo. Normalmente, se trata de un proceso automático, pero siempre que lo deseemos podremos iniciar un ciclo de limpieza si notamos que algún color no se representa como debería.
Las impresoras de la serie HP Officejet Pro X incluyen un casete integrado de estación de servicio que realiza cuatro funciones clave: tapado del cabezal de impresión, acondicionamiento de inyectores, limpiado de la placa de inyectores y contención de la tinta utilizada para el mantenimiento.
Cuando no se esté utilizando el cabezal de impresión, se tapa por sí solo para evitar que la tinta se seque y atasque los inyectores. De esta forma, este sistema de tapado dispone de un entorno de almacenamiento húmedo que favorece el mantenimiento de las tintas en estado líquido dentro de los inyectores, sin renunciar a un nivel de viscosidad que permita la expulsión de gotas. El tapón presiona contra la envoltura de acero inoxidable del cabezal de impresión y sella los moldes sin tocarlos.
Por otra parte, el acondicionamiento de los inyectores refresca la tinta de cada inyector, con lo que el cabezal de tinta es capaz de expulsar las gotas necesarias para cada especificación de velocidad determinada, atendiendo también a los valores de masa y trayectoria.
Por cuestiones inherentes a la propia tecnología de inyección, se pierden algunos de los componentes volátiles de la tinta con el tiempo (sobre todo agua), y por este motivo cada inyector expulsa periódicamente algunas gotas de agua por la platina de impresión. Así, consigue purgar aquella tinta que se haya vuelto demasiado viscosa, con lo que se evita que se atasque el inyector y se mantienen intactos los niveles de calidad de impresión.
Todas estas gotas requeridas para la puesta a punto de los inyectores quedan bajo la platina de impresión, situadas sobre un rodillo de recogida que se ajusta lentamente con el movimiento del papel. Entonces, se elimina de este rodillo y pasa a almacenarse en una cámara ubicada dentro de la unidad de impresión a doble cara.
Esta pequeña cantidad de tinta necesaria para el mantenimiento acaba evaporándose con el paso del tiempo, y para tranquilidad del usuario, la capacidad de la cámara está perfectamente diseñada para que dure toda la vida útil de la impresora sin recurrir a ningún proceso de mantenimiento adicional.
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