El apagado automático es una de esas características que suelen pasar desapercibidas en muchos casos, pero que en realidad se pueden convertir en un gran aliado de cara a reducir nuestros costes de impresión, aportando también una cierta comodidad a nuestro entorno de trabajo.
Con todo es como decimos una función desconocida para muchas empresas y usuarios, y por ello hemos querido darla a conocer un poco más con esta serie de artículos especiales que iremos publicando semanalmente.
Lo primero que debemos saber de la función de apagado automático es si viene activada o no por defecto en nuestra impresora, algo que resulta muy sencillo:
- Si nuestra impresora viene con puerto USB dicha función está activada por defecto.
- Por el contrario si tiene conexión inalámbrica (WiFi) o por cable el apagado automático está desactivado, de forma que podremos usar ePrint y recibir faxes en todo momento.
Si tenemos el apagado automático habilitado es importante tener en cuenta que hay ciertas situaciones que lo anulan, de forma que nuestra impresora no se apagará mientras se mantengan ciertas condiciones:
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La impresora está procesando un trabajo de impresión.
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La impresora está procesando un trabajo de impresión pero se ha quedado sin papel.
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La impresora está procesando un trabajo de impresión pero hay un atasco de papel.
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tenemos una tarjeta de memoria en el lector de tarjetas de la impresora.
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La impresora está conectada a una red (WiFi o Ethernet).
Es muy importante tener claro esto, ya que si nos vamos de la oficina y recordamos que la impresora está encendida es posible que nos acordemos del apagado automático y sigamos la marcha tranquilos, pero lo cierto es que si ha quedado en alguna de las situaciones mencionadas seguirá consumiendo energía toda la noche.
En la siguiente entrega pasaremos a un lado más práctico, explicado cómo podemos desactivar y activar manualmente la función de apagado automático y repasando algunas de sus ventajas.
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