Consumibles no originales y sus costes ocultos

El precio de los consumibles no originales supone una gran tentación, como todo aquello que resulta más económico y nos permite ahorrar en el acto unas monedas.

Sí, por desgracia tenemos tendencia a dejarnos llevar por todo aquello que nos permite un ahorro inmediato, sin pensar en las consecuencias a corto plazo, ni tanto en el mayor gasto que puede suponer también a corto o medio plazo.

Con esto queremos decir que los consumibles no originales tienen una serie de costes ocultos que no se tienen en cuenta a la hora de su adquisición.

Esos costes ocultos son el objetivo central de este artículo, en el que utilizaremos ejemplos y números en cada caso concreto para resulte más fácil de comprender.

Imaginemos que un consumible no original nos cuesta 6 euros menos que uno original, un ahorro inmediato y visible, sin trampa ni cartón.

Lo instalamos en la impresora y el mismo no consigue una buena calidad de impresión en todos los trabajos que realizamos, lo que nos obliga a repetir impresiones. Esto ya supone un nuevo gasto que, tirando a lo bajo, vamos a poner en 2 euros.

Eso deja el supuesto ahorro en 4 euros, de momento, pero si quitamos la pérdida de tiempo de trabajo que supone volver a imprimir probablemente entraríamos ya en números rojos.

Por otro lado el cartucho tendrá muchas posibilidades de sufrir derrames. Si esto ocurre el mismo perderá contenido, durará menos o se estropeará directamente, lo que conlleva nuevos costes que, tirando también por lo bajo, supondrán una pérdida de 10 a 30 minutos de trabajo de como mínimo un empleado, ya que podría afectar a más dependiendo de los que utilicen la impresora manchada.

De nuevo es dinero perdido que ya elimina de un plumazo ese falso ahorro inicial de 6 euros. Si a esto unimos la posibilidad de que el cartucho falle sin agotar su vida útil entramos en un círculo vicioso en el que podremos enfrentar costes importantes, como tener que comprar un nuevo cartucho antes de tiempo y, si este no es original, exponernos de nuevo a los problemas.

Haciendo un cálculo y suponiendo que este cartucho no original agotase su vida útil tendríamos un coste oculto medio de 12 más, en el mejor de los casos, que si hubiéramos comprado el original, habiendo descontado ya esos 6 euros «de ahorro».

La conclusión es clara, los cartuchos originales son una garantía total no sólo de calidad, sino también de fiabilidad y verdadero ahorro.

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