¿Imprimir o no imprimir? Un dilema que te ayudamos a resolver

Poco a poco la tecnología nos ha ido facilitando medios para poder trabajar reduciendo la cantidad de documentos que necesitamos imprimir, una realidad que vivimos actualmente y que nos lleva a preguntarnos en muchas ocasiones si la impresión sigue siendo importante.

Una respuesta rápida a esa cuestión es simple y llanamente sí, imprimir sigue siendo algo esencial en el día a día de cualquier pyme o autónomo, pero también en el ámbito personal, donde podemos citar por ejemplo la impresión de trabajos de nuestros hijos.

Volviendo al ámbito profesional es evidente que aunque la presentación de documentos y proyectos pueda hacerse en muchos casos por e-mail o en formatos digitales el uso del papel impreso es una realidad permanente, a la que deberemos recurrir en muchos casos.

Así, la impresión de ciertos tipos de documentos es hoy por hoy necesario en muchos casos, y por ello contar con una impresora que cumpla con nuestras expectativas sigue siendo esencial.

Obviamente esto no quiere decir que tengamos que imprimir siempre todo lo que cae en nuestras manos, de hecho podemos beneficiarnos de un ahorro considerable si reducimos las impresiones innecesarias y aprovechamos las plataformas digitales, pero en este caso debemos adaptarnos a las exigencias de cada situación y, por tanto, de nuestros clientes.

De esta forma podemos decir que es conveniente por ejemplo imprimir siempre ciertos tipos de documentos, como las facturas, los presupuestos, los contratos, étc. Por contra los proyectos, las presentaciones y otros documentos similares pueden ser utilizados perfectamente en formato digital, algo que deberemos aprovechar para reducir como dijimos las impresiones innecesarias.

En todo caso es una cuestión de sentido común y, como no, de las necesidades de cada uno, así que lo ideal es adaptarnos a las ventajas del soporte digital y aprovechar, siempre que sea posible pero si caer en excesos, las ventajas que nos proporciona el mismo.

El mundo digital evoluciona y crece, pero el documento impreso sigue ocupando un papel central en el mundo profesional, y no parece que esto vaya a cambiar a corto y medio plazo.

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