Así lo apunta un estudio presentado por la Diputación de Lleida, que señala como los sectores con mayor potencial de crecimiento y mejores oportunidades de negocio en el ámbito rural catalán son la alimentación, la atención a personas y nuevas energías. El informe en cuestión, ‘Creación de empresas y nuevas oportunidades de empleo en zonas rurales: Detección de nuevos yacimientos y herramientas de financiación’, propone impulsar los servicios de atención a las personas y una estrategia global para el aprovechamiento de recursos naturales, como la biomasa. La idea es mejorar y ampliar los canales de comercialización en el sector de la industria agroalimentaria.
Desde la Diputación de Lleida insisten en que esta actividad ha mostrado una fuerte resistencia a la crisis. Genera empleo, está notando un interesante incremento de la productividad y favorece la agricultura, lo que ayuda al crecimiento económico de estos ambientes rurales.
Pero no todo es positivo. Obviamente aquí también se encuentran “contras”, como son la debilidad de las estructuras financieras, las dificultades de posicionamiento en el mercado de las actividades productivas y los obstáculos para ganar competitividad a través de la innovación, con un frente común de cooperación público-privada. Sea como fuere, estamos ante un panorama en el que, insisten desde la administración local, es necesario encontrar fórmulas que permitan ayudar a crear alternativas o complementos económicos ante la estructura de nuestro territorio, que cuenta con numerosos pueblos pequeños y localidades de escasa población, esencialmente agrarias.