El fenómeno BYOD, “bring your own device”, está revolucionando en los últimos meses el sector empresarial. Tanto es así, que muchos fabricantes se han especializado en diseñar dispositivos que satisfagan las necesidades particulares de los hombres y mujeres de negocios.
Un ejemplo de ello, es el Cisco Cius, de HP Folio13, el Samsung Galaxy Note, o incluso, los iPad o iPhone de Apple, que tanto gustan en el terreno profesional. Pero, ¿cuál es la verdadera razón por la que deberíamos de llevar nuestro propio dispositivo al trabajo?
En primer lugar, para tener una mayor accesibilidad. Mientras los sistemas corporativos tradicionales almacenan y dan acceso a los datos desde un sólo lugar, volviéndolos casi confidenciales, el advenimiento del cloud computing pone la información a disposición de más usuarios desde más dispositivos en más ubicaciones.
Otra de las razones, es porque estamos más familiarizados con la tecnología que usamos, por lo que se ahorra un amplío margen de tiempo. Necesitamos, pues, menos tiempo para absorber conocimientos, aprender los entresijos de las aplicaciones favoritas y poner sus funcionalidades en práctica.
Otra de las razones tiene que ver con el ahorro. Impulsar la política BYOD permite conservar partidas de dinero que en otra situación irían destinadas a adquirir equipos informáticos y que implican un coladero notable dentro de las cuentas de la organización.
El resultado de la suma de todos los puntos anteriores, es el de una plantilla más volcada con sus obligaciones, que conoce a la perfección aquellas herramientas que pueden simplificar su día a día y que, por lo tanto, es potencialmente más eficiente.