Cada vez hay más autónomos o pequeñas y medianas empresas que se lanzan a emprender un negocio en el sector del comercio, donde lo habitual es ofrecer al cliente la posibilidad de pagar con tarjeta. El verano pasado, el Gobierno aprobó una nueva normativa para las comisiones de los bancos por el uso que hacen los clientes de las tarjetas, con el objetivo de apoyar y ayudar al pequeño comercio.
Del 0,75% de comisión en el caso de las tarjetas de crédito, y los 0,30 euros en las tarjetas de débito, se pasó a la tasa actual que es de un 0,3% en tarjetas de crédito y un 0,2% en las de débito. Además, para importes más pequeños, menores a los 20 euros, las comisiones son de 0,2% para crédito y 0,1% para débito.
Anteriormente a esta nueva normativa, Muchos comerciantes, al tener una tasa media de intercambio del 0,68%, optaban por no dar la posibilidad de pagar con tarjeta en su establecimiento, lo que les hacía perder clientes. Para compras de productos más caros, como por ejemplo un frigorífico de 1.500 euros, lo normal es que el cliente pague con tarjeta, por lo que si el comerciante no da esa opción, puede que esté perdiendo una venta. Para un importe de 1.500 euros, el autónomo pierde 4,5 euros.
Toda medida para que el pequeño negocio mejore es poca, cada vez están en peor situación, porque, a pesar de estos márgenes de comisiones, aún les sigue siendo imposible competir con las grandes superficies.