El ejecutivo ya está trabajando en el proyecto de reforma que prevé poner en marcha a primeros de año. Entre las novedades que quiere implantar Mariano Rajoy se encuentra la gravación en la declaración del IRPF las indemnizaciones por despido, que ahora están exentas de tributación.
De esta forma, en el impuesto sobre la renta se aplicaría a las indemnizaciones con una retribución de 45 días por año trabajado, pero dejando exentos los 20 días primeros. Así, los trabajadores podrían optar por percibir una indemnización de 20 días por año sin pagar impuestos o de 45 días tributando en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas al tipo máximo.
El anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero suprimió, en enero de 2010 la tributación para los despidos para acabar con la discriminación existente entre los trabajadores que cesaban en su empleo a través de este mecanismo y los que lo hacían de forma individual, por despido improcedente, que estaban exentos de declarar la indemnización percibida en el IRPF.
La propuesta que ahora estudia el Gobierno afectaría por igual a todos los despidos, sean individuales o a través de ERE, acogidos a la indemnización de 45 días por año trabajado y la tributación se aplicaría sobre los 25 días que exceden de la indemnización legal de 20 días aplicable a los despidos procedentes por causas objetivas.